miércoles, 2 de junio de 2010

Versos cotidianos

JUNIO

Por Junio calores llegan
con fuegos que funden bronces
y, en su luz, ya se adivinan
sus tórridas intenciones.

Junio, de cálido aliento,
fragua de los girasoles,
sequero de áureos trigos
que piensan en segadores.

Junio, de amor dividido,
entre sus dos estaciones,
antesala del verano,
de la primavera, broche.

Junio, dador generoso
de grandes celebraciones,
recibidas con placer
por infantes y mayores;
el cristiano, con su “Corpus”,
el niño, a sus vacaciones,
para San Juan, el Bautista,
las hogueras de colores.

Junio, amante del gran Sol,
consigue de él sus favores,
alarga al máximo, el día,
mengua a mínimos, la noche.
El día se llena de luz,
de atardeceres y albores;
la noche, en Junio padece,
de muerte, alucinaciones.

Por Junio calores llegan
cargaditos de sudores
y, por él, sólo pensamos
en plácidas vacaciones.

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