A bote pronto

UN PASO MÁS

Nada mejor que un Mundial
para silenciar los miedos,
para ocultar las penurias,
para acallar los lamentos,
que, mientras La Roja gane,
nos importa tres pimientos,
los parados y la crisis,
las rebajas de los sueldos,
las “cositas” por venir
y el que crezcan los impuestos.

¡Ay Dios, como está la cosa
en estos dementes tiempos!

Un gol del ariete Villa,
prestigioso delantero,
despertó en la vieja Hispania,
olvidados sentimientos
de unidad desmelenada,
de defensa de lo nuestro,
de gritar: soy español,
aunque sea por un momento.

Los lusos, pobres ilusos,
elevaron nuestro crédito,
a cambio, los compensamos,
con buena pasta y dinero,
sobre todo al Ronaldo
y a otros de sus peloteros.

Ahora viene Paraguay,
equipo bastante modesto,
confiemos en La Roja,
para gozar nuevos sueños,
que, mientras dormidos seamos,
no habrá tiempo de lamentos,
gracias a un afro mundial,
de vuvuzelas al viento.