lunes, 17 de mayo de 2010

Romancero de la Ballena

EL VENDEDOR DE SUEÑOS

¿Quién quiere comprarme un sueño
acabado de soñar?
todavía está caliente,
calentito como pan,
recién sacado del horno,
acabado de hornear.

¿Quién quiere comprarme un sueño
tallado en frágil cristal?
transparente como el aire,
grato para respirar,
fabricado con estrellas
reflejadas en la mar.

¿Quién quiere comprarme un sueño
soñado por la Tablá?
con aromas de trigales
y girasoles de sal,
derramados en la vega
al son de áureo compás.

¿Qué ocurre por los alcores,
que nadie quiere comprar
glorieta de blancos sueños
para poderlos soñar?

¿Qué ocurre por los alcores?
que nadie quiere soñar.

Pretextos cruzan los aires
para negarse a comprar.

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