miércoles, 14 de abril de 2010

Primavera

CLOPILLAS DE ABRIL (III)

Yo le pedí a mi mujer
que aumentara su cariño
que aún, siendo como el mar,
me parece pequeñito.

Si me rompieran las manos,
con un martillo de acero,
seguiría acariciándote
con mis más queridos versos.

Por los alcores del Viso,
se escuchó una triste voz,
pena de un enamorado
que perdió su amada flor.

El corazón que se muere
por una pena de amor,
hay que enterrarlo en el cielo,
y que lo consuele Dios.

En la arena de la playa
hice yo un gran agujero,
para enterrar junto al mar,
mis lágrimas, mis tormentos.

Pregúntale a los humanos,
que personas sufren más,
aquellos que nunca amaron
o los que aman de verdad.

El que sus penas publica,
en su alma, consuelo encuentra,
martirio de infierno sufre,
el que se bebe sus penas.

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