lunes, 26 de abril de 2010

Evocación

PLATERO

No serías tú, Platero,
burrito de grande fama,
sí la magia de un poeta
no te hubiera dado un alma.
Alma de blando algodón,
como las nubes del alba,
como los sueños de un niño,
como copo de nevada.

No serías tú, Platero,
millonario en alabanzas,
sí la pluma de un poeta
no inventara tu mirada.
Mirada de cristal negro
y, de azabache, impregnada,
de ojos que muestran dureza
de escarabajos de plata.

No serías tú, Platero,
cascabel y risa llana,
sí la gracia de un poeta
retozar, no te dejara.
retozar en dulce prado,
acariciar suaves plantas,
y en ligero trotecillo,
responder a las llamadas.

No serías tú, Platero,
amante de las frutas ámbar,
sí la mano de un poeta
no hubiera querido dártela.
Frutas que saben a miel,
higos de higueras moradas,
ricas uvas moscateles
y mandarinas naranjas.

No serías tú, Platero,
acero y luna de plata,
sí la fragua de un poeta
tu cuerpo y alma, no forjara.
Cuerpo tierno, como niño,
como niña, mimosa alma,
para que los campesinos
te dirijan sus miradas.

No serías tú, Platero,
más que una ignota nada,
sí el alma de un gran poeta,
no te hubiera dado un alma.
Alma de blanco algodón,
como las nubes del alba,
como los sueños de un niño,
como copo de nevada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario