domingo, 6 de diciembre de 2009

NAVIDAL I



Diciembre es siempre camino para transitar con ropajes de niñez y de nostalgia. Diciembre es siempre cobijo de infantiles sueños. Diciembre es siempre sagrada inspiración. Diciembre es siempre celebrado renacimiento. Diciembre es siempre…

Durante unos días, por grata y gratificante necesidad, nos convertiremos en felices voceros, en modestos pregoneros de una muy querida fiesta, la Navidad, publicando poemas, coplillas y villancicos (tomándonos la licencia de llamarlos “Navidales”) y nacidos al amparo de un resistirnos a dejar de ser niño.

LOS FRÍOS DEL SEQUERO

Los fríos vienen cantando
por las puertas del Sequero,
cogen por la calle arriba,
la del viejo ayuntamiento,
hacia la calle Real,
donde darán un concierto,
traen zambombas de escarchas,
panderetas de albo hielo,
sonajas de blanca nieve
y, de rocío, un pandero.
Afinaron ya sus voces
como cuchillos de acero,
capaces de cortar el aire,
el cutis y todo el cuerpo.
Han ensayado en la Vega
unos villancicos nuevos,
los que los han escuchado
muy pronto los aprendieron,
dicen que llevan aromas
de tomillo y de romero,
que saben a hierbabuena
y que levantan los vellos.

Los naranjos, impacientes,
perfumes lanzan al cielo,
y unas gotas de azahar,
lágrimas de limoneros,
caen sobre las aceras
cuando se acerca el adviento.
Cerca de la Recovera,
los fríos se paran, prestos,
quieren refrescar la cara
de la mujer de sus sueños
y, entre furtivos susurros,
le regalan tibios besos.

Los fríos vienen cantando,
cancioncillas de romeros,
villancicos que han nacido
en estos alcores nuestros,
si queréis escucharlos,
prended bufandas al cuello,
acercaos a la Muela
o a las puertas del Sequero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario