viernes, 27 de noviembre de 2009

Reflexión marginal quinta

¿QUIÉNES SOIS, PARA…?

Esporádicamente, no con la asiduidad que quisiera, convierto en texto escrito alguna de mis “reflexiones marginales”, casi siempre, cuando me siento maltratado, ofendido, despreciado y victima de la sinrazón de aquellos que, legitimados por las urnas, se atreven a ocupar nuestro lugar, relegándonos a espacio secundario en algo tan importante como es, la relación (con todas sus cargas y bendiciones de responsabilidad, afectividad, compromiso, educación, etc.) de padres e hijos.

Soy padre de tres hijos varones mayores de edad, no tengo hija menor que pueda verse envuelta en la “permisibilidad” de abortar, sin que mi mujer y yo, nos enteremos; y, aunque para algunos de los inventores de esta aberración, éste, mi supuesto personal, me deslegitima para opinar, aquí me tienen reflexionando y rompiendo una y mil lanzas en defensa de los que pensamos que tal medida es un descarado atentado contra los padres y contra las hijas menores y, a la par, reflexiono y me manifiesto en contra de los mercaderes de votos que, por ellos, son capaces de todo.

¿QUIÉNES SON esta avanzadilla de ilustrados para decidir sobre lo divino y lo humano de nuestros legítimos hijos?

¿QUIÉNES SON esta cuadrilla de iluminados para patrocinar la ocultación, el engaño, la mentira de las hijas hacia a sus legítimos padres?

¿QUIÉNES SON esta vanguardia de alumbrados para considerar que el aborto es un “juego de niñas”?

¿QUIÉNES SON estos abanderados de la insensatez que propician la ruptura de la familia y el distanciamiento entre padres e hijas?

¿QUIÉNES SON estos paladines del desatino que niegan el apoyo de los padres a las hijas, por desconocimiento, en tales situaciones abortivas?

¿QUIÉNES SOIS y quién os dio el derecho a decidir por los padres en tema tan importante? Ninguna urna, ni millones de votos os darían legitimidad para ello.

¿QUIÉNES SOIS y a dónde queréis llevarnos, a los padres, con vuestras descabelladas soluciones a éste y otros importantes problemas?

¿QUIÉNES SOIS para decidir, sin escrúpulos, por los mayores y por los menores?

Y para terminar esta marginal reflexión, recordarles, a aquellos que defienden el aborto de las jóvenes sin consultar a sus padres y sin que estos se enteren, que las puertas de la ocultación y la mentira de las hijas a los padres están abiertas y por ellas, a partir de ese momento, podrán penetras muchas más mentiras y muchas más graves ocultaciones.

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