jueves, 12 de noviembre de 2009

Otras Sendas

Hoy, iniciamos, en uno de los recovecos del ordenador, el juego literario de destapar subjetivas intimidades, ajenas a lo pedagógico y magistral. Son, estas "reflexiones marginales" , hijas del libre pensar de unos jubilosos jubilados, sobrados de tiempo que, en y con la palabra, buscan el acercamiento del todavía vivo pensamiento y de la limitada expresión escrita, para lanzarlos a la difusa luz de lo desconocido.

Antes de publicar la primera reflexión, nos gustaría señalar el por qué llamamos y consideramos a éstas, MARGINALES:
En primer lugar, porque éstas nacieron al “margen” de todo y de todos, Sin orden, sin saber por qué, ni para qué, ajenas a interpretaciones y malévolos prejuicios literarios y humanos, sin esperar ni aspirar a nada.
Son “marginales” por orillar, en ocasiones, el disparate, el sinsentido y, siempre, buscando la necesitada libertad.
Son “marginales” por pretender buscar y ocupar el desaprovechado espacio en blanco de muchas páginas escritas.
Son “marginales” porque, a la par, son pretexto y oportunidad.
Son “marginales” porque los márgenes de beneficios para los padres de la criatura y para los posibles lectores de las mismas, no son materiales.
Son “marginales” porque les gusta estar y vivir en lugares secundarios, apartados del bullicio y de la popularidad.
Y son “marginales” porque cualquiera, incluso nosotros, las podemos dejar al margen, sin que sufran daño o deterioro alguno

Nacen como juego literario, como libre poesía mutada en prosa poética y, con seguridad, terminarán recicladas en la pantalla del ordenador, en silentes y sumisas “reflexiones marginales”.

Si alguien, sobrado de tiempo, tiene deseos de entretenerse con la lectura de estas reflexiones marginales, que las sorba despacio, sin prisas, para sacarles algo del “jugo” que puedan contener, y si, por el contrario, no gozáis ni de tiempo, ni de curiosidad, ni de apetito lector, ni de ganas, dejarlas en su tálamo de papel impreso o en la modesta ventana de un ordenador y, sin esfuerzo, olvidarlas que, ni ellas, ni vosotros, ni nosotros, padeceremos ningún mal. Nacieron en soledad, viven en ella y, sin dudar, morirán sin compañía.


REFLEXIÓN MARGINAL PRIMA. Al AMIGO TIEMPO

Los instantes, los segundos, los minutos, las horas, los días, los meses, los…, vuelan céleres como expertos voladores. Sus continuos, rítmicos e imparables aleteos arrastran inmisericorde nuestro efímero presente hacia un inmaterial pasado, convirtiéndolo en polvo de recuerdo, en humo inconstante de evocación, de desigual y caprichosa recuperación.

Las partículas de tiempo, criaturas indómitas, con su monótono tic-tac proclaman brevedades, anuncian fugacidades, advierten caducidades y, a la par, pregonan continuidad, persistencia y perseverancia.

Cuando el hombre descubre y reinventa el tiempo, sin saberlo, se encadena a él, se somete a sus caprichos, pasa por el aro de sus antojos, y vive, desde entonces, pendiente y dependiendo de su invisible, intangible e inmaterial existir. Nada, ni nadie podrán desterrar a la inexistencia a este insaciable devorador de presentes; prodigioso almacenero de historias, leyendas, chismes; macabro destructor de lo vivo y, a la vez, generoso con el nacer.

A lo largo y ancho de su invisible e intocable estar, los hombres, seres inacabados e inconclusos, hemos tratado de dominar al tiempo, de someterlo, de esclavizarlo, de oprimirlo, de avasallarlo y de convertirlo en cotidiano juguete, con artilugios elementales y sofisticados, con las frágiles palabras y con los quebradizos pensamientos. Tarea imposible, trabajo perdido. Hoy, efímero presente, ya pasado al escribirlo, el auténtico “señor” y “motor” de la existencia, es el tiempo.

Por todo ello, esta breve reflexión marginal, va dedicada a ti, criatura de las mil caras; a ti, cuando estuviste perdido, cuando te encontramos, cuando fuiste bendito o maldecido, cuando anduviste despacio o cuando volaste veloz, cuando fuiste principio y fin de lo amado y de lo indeseado, cuando fuiste suave y dócil tic-tac o ronco y profundo tan-tan, y por otros muchos “cuando” practicados en tu finito existir.

Abrazos y saludos, amigo TIEMPO.

4 comentarios:

  1. Si yo fuera dueña del tiempo, emplearia mi
    tiempo escribiendo, lo que al leeros siento.

    Un abrazo Currita.

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  2. Es un placer tenerte por aquí y con nosotros, apreciada Currita. Gracias por tus palabras. Muchos abrazos.

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  3. Se os quedó algo en el tintero..... y es que el Tiempo pone a cada cual en su sitio.
    Sin duda, con vosotros ha cumplido sobradamente su función.

    Por cierto, ¿cuánto TIEMPO que no echamos un cafelito, eh?

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  4. Habrá que echar unos pocos de cafelito y, de paso, charlar de muchas cosas.

    Abrazos.

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