lunes, 2 de noviembre de 2009

EL VISO DEL ALCOR


EL VISO DEL ALCOR (III)

La Luna de los Alcores,
riendo por la Vega viene,
sembrando cielos y tierras,
de pensamientos alegres.
La Luna, dama de plata,
busca un amor para siempre,
cerca de verdes trigales
y girasoles ardientes,
piensa que ya es mayor.,
le urge buscar pretendiente.

En sus paseos nocturnos,
por la bóveda celeste,
se ha prendado de un Alcor,
que loca de atar, la tiene,
quiere que las madrugadas,
con aires de prisas, lleguen,
esconderse por la Vega,
para mirarlo de frente,
soñar con prietos abrazos,
con besos que tintineen,
con suspiros de azahar,
con aromas de claveles
y. cuando llegue la noche,
como fiel galán, la espere.

La Luna, plata redonda,
cuchillo de mal, presiente,
aires de malignos vientos
resbalan sobre sus sienes,
decires de finos talles
se clavan como alfileres
en su corazón celoso
de escarcha y de blanca nieve.

Por los Alcores del Viso,
resuenan cantos celestes,
con rimas de enamorados
y tiempos de versos breves.
El Alcor sigue prendado
de su Vega, la de siempre,
y sólo mira a la Luna,
sólo por entretenerse.

La Luna rota de celos,
pregona su mala suerte,
oculta en preñadas nubes
de la bóveda celeste,
y en las noches alcoreñas,
cuando la Vega se duerme,
cuando los enamorados,
en sus amores, se pierden,
se escuchan por estos predios
tristes endechas de muerte,
cantos de una Luna herida,
lamentos de flaca suerte,
por un amor imposible,
sí, de esos que nunca mueren.

(Tomada del “Romancero de los Alcores”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario