Después de dos días de una escapada a Madrid, con boda incluida de un familiar muy querido en los Jerónimos del Real, junto al Museo del Prado, con el aliciente de ese clásico del fútbol, con un Real Madrid vapuleado por los culés en casa, y con excelente ágape en el Club de Tiro del Pardo, volvemos a nuestra rutina de abrir nuestros ventanales del blog de los hermanos Calabuig2; empezando con los recuerdos de aquel 92 de la Expo y de la Olimpiada.
LUNES, DÍA 7 DE DICIEMBRE
LAS HOGUERITAS
Sigo sin saber el porqué de estas hogueritas y en esta fecha concreta de las vísperas del día de la Inmaculada Concepción.
Más temprano de lo habitual en día lectivo, sin clase, la gente menuda sale a la calle. Diego Pavón hacía esfuerzos ímprobos por agujerear el suelo para introducir el palo mayor derecho de su hoguerita; comenzaba entonces el continuo vaivén, el trasiego de la chiquillería, sacando el resto de sus compañeros los materiales almacenados en su corralón; bajo la mirada atenta, con el fin de que no rallaran el coche de su tía Paquita.
En la candela de los Pisos Rojos, que fueron anteriores al Colegio del Rey Juan Carlos I, Pedrito había sido el madrugador, y sólo pretendía mover l palo más grande, queriendo imitar a sus competidores cercanos. Otro renacuajo, como él y en pijamas y zapatillas aún, que iba al Bar Cuba a por los churros, se le sumaba; dejando pronto la faena por imposible, con una astilla en su mano y alegando que sin desayunar no tenía fuerzas.
Las piras fueron creciendo como la impaciencia por encenderlas. La rivalidad estaba servida. La grande en volumen achicó a la otra, más modesta; en un momento el fuego subió con magia y majestuoso hacia el cielo y nos obligó a retirarnos; pero también se apagó más pronto. esto permitió que los de la otra, que tardó más en encenderse, pudieran contar con el alivio de al arder después y de apagarse más tarde; surgiendo la propia burla infantil de ser mejor que la otra; sin que por ello llegara el agua al cuello.
Noche fría, anticipo del tiempo navideño y sigue faltando, sin embargo, la necesaria agua; alterándose este ciclo vital, que quiere parece ser como un deseo de contribuir al aumento de la crisis.
El Viso del Alcor, 28 de Octubre de 2024