DODECÁLOGO POPULAR

18  .-  LA LETRA CON SANGRE ENTRA   ( II )

        Con el paso de los años
y en muchas de las escuelas
este tan cruel aforismo
toman al pie de la letra
y pocos niños se libran
de esta terrible receta,
la de penar de rodillas
por no hacer bien las cuentas,
el padecer los pellizcos
o el coscorrón en la testa,
el sufrir en ambas manos
efectos de la palmeta,
azotes en el trasero
y bofetadas muy diestras,
las muchas humillaciones
que suelen ser más perversas,
cara contra la pared
por cualquier menor torpeza,
los tirones del cabello
que en manos del maestro quedan,
los insultos repartidos
con enorme ligereza,
recibir sin chistar golpes
y sin ninguna defensa,
llegando todo a valer
para aprender a la fuerza.

        Menos mal que esto cambió

por enseñanza más cuerda,
por el respeto al más débil,
por una mayor entrega
del maestro de los niños,
que es dichoso con su tarea,
para que la letra entre
no con la sangre ajena,
con la del pequeño crío
que en sus caras manos dejan,
sino con la suya propia,
con la del maestro de escuela,
con esfuerzo y sudor, como
María Maeztu dijera.
    

        Aunque en la actualidad
se aflojó tanto la cuerda,
que corremos el peligro
de enredarnos en aquesta
y que cada cual, alumno
y maestro, hagan lo que quieran.

                                            El Viso del Alcor, 22 d Octubre de 2024