miércoles, 26 de febrero de 2014
Versos marinos
¡HOLA!
¡Hola!,
le dije a las olas,
por
ver que me contestaban,
y
apenas pasó un instante
en
mi oído susurraban:
“Saluda
pronto a la mar,
que
está contigo enfadada,
por
no haberla saludado,
cuando
llegaste a la playa”.
Sorprendido
me quedé,
ante
respuesta tan rara,
y
sin perder un momento,
con
voz serena y bien clara,
¡Hola!,
le grité a la mar,
¡Hola,
mar de mis entrañas!
conmigo,
tú no te enfades,
que
eres tú, mi alma salada,
siempre,
compañera mía,
a
donde quiera que vaya.
Nada
tuve que decir,
después
de aquellas palabras,
para
lograr mi deseo,
a
la mar, desenfadarla.
¡Hola!, le dije a la brisa,
que
refrescaba mi cara,
por
ver si me respondía,
como
las olas saladas.
La
brisa me contestó
con
silbos de notas blancas,
hechiceras
melodías
que,
en mis oídos, jugaban.
El
viento, muerto de celos,
no
quería que me hablara,
abrió
sus recios pulmones
para
borrar las baladas
que
la brisa marinera,
con
placer, me dedicaba.
Miré
con desprecio al viento,
mientras
la brisa lloraba,
por
culpa del majadero
que,
de mí, la separaba.
¡Hola!, yo le dije al sol,
por
ver si me consolaba,
y
el sol, engreído rey,
de
mis lamentos pasaba,
empeñado
en calentar
la
fina arena dorada,
los
cuerpos de los bañistas
y
a la mar, su enamorada.
¡Hola!, le dije a las dunas,
a
los juncos, finas cañas,
a
las altivas palmeras,
a
las aguas y a las plantas,
a
la elegante gaviota,
a
las arenas mojadas,
a
los peces de la mar,
al
aire que respiraba,
y
a aquel festivo milagro
que,
con placer, me abrazaba,
por
ver sí allende, a lo eterno,
contentos,
me acompañaban.
lunes, 24 de febrero de 2014
Versos de siempre
LOS
FRAUDES DE LA VIDA
La vida es continuo fraude,
desde
que el hombre amanece.
El nacimiento es la trocha
que
nos acerca a la muerte.
El pasado es cosa muerta,
inmaterial,
inconsciente,
el futuro,
inalcanzable,
instantáneo,
el presente.
La niñez corre deprisa,
la
juventud es bien breve,
y
antes que nos demos cuenta,
la
madurez se presiente
y,
pasado un corto rato,
llega
el viejo impertinente.
El amor, en estos días,
es
agua de muchas fuentes,
hay
que catarlas todas,
por
ver si son diferentes.
El talento es baratija,
despreciada
por la gente,
el
poder y la riqueza,
son
los mejores presentes.
La honradez es disciplina
de
unos escasos creyentes,
la
corrupción es la tienda
que
tiene mejores clientes.
La guerra es la diversión
de
las más perversas mentes,
con
ropajes de estadistas,
armados
hasta los dientes.
El bien es cosa de pocos,
el
mal es un gran retrete,
en
el que todos entramos,
para
dejar nuestra peste
y,
de los grandes políticos,
son
los pedos que más huelen.
Mil fraudes tiene la vida,
aceptados
por las gentes,
si
piensas que no es así,
bienaventurado,
tú eres,
por
creer, que la vida es,
el
paraíso terrestre.
viernes, 21 de febrero de 2014
Versos de hoy y de mañana
¡QUÉ
SÉ YO o YO QUÉ SÉ! (Noveno)
¡Qué
sé yo de imputaciones,
de
los jueces Ruz y Alaya,
de
malversaciones y eres,
timos
de la pasta gansa!
¡Yo
qué sé de imputaciones,
en
esta sufrida España,
coleccionista
de fraudes,
cosa
que tiene mandanga!
De
mañana, me pregunto:
¿Este
juego no se acaba?
¿Es
genética, es herencia
lo
que al dolo nos arrastra?
¿Estamos
todos los hispanos
hechos
de la misma pasta?
Ayer,
fueron los políticos,
tonadilleras
e infantas,
empresarios
y banqueros,
sindicalistas
de marra
y
para continuar retahíla,
ahora
le toca al Barça,
por
culpita de un fichaje,
y
unas cuentas poco clara,
que
ha mosqueado a la Hacienda,
esa
Señora malvada,
que
del dinero ganado,
se
lleva buenas tajadas.
De
lo que queda por ver,
ya
nos lo dirán mañana,
que
hay muchos más días que ollas
y
más tunantes que agua.
jueves, 20 de febrero de 2014
Versos cercanos
ALCORES DE AYER Y DE HOY
Desde Alcalá hasta Carmona,
los
Alcores se levantan,
con
los ojos en su Vega,
hija
de una mar salada.
Las
olas de sus albores,
que
el solano levantaba,
dieron
eterno relevo
a
las espigas doradas
de
trigos y girasoles,
nuevo
mar, en tierra santa.
Los alcores siempre fueron,
mirador,
rica atalaya,
orillar
y acantilado,
nunca,
maldita muralla.
En
los ayeres lejanos
se
hundieron todas sus barcas,
hoy,
sobre su piel terrosa,
los
caminos se entrelazan,
tejiendo
sobre la Vega
las
venas de la labranza.
La Vega, desde su Alcor,
despierta
francas miradas,
su
nítido aire difunde
aromas,
ricas fragancias,
que
vuelan, como palomas,
sobre
las casitas blancas,
de
estos pueblos que crecieron
con
ansias de contemplarla.
Vecinos de los Alcores,
de
la Carmo milenaria,
de
la Alcalá panadera,
de
la Mairena gitana
y
de El Viso del Alcor,
de
recoveras galanas,
guardad
Alcores y Vega
en
lo hondo de vuestras almas,
para
que nadie os despoje,
con
astucia y malas mañas,
de
estos dos grandes tesoros,
obsequios
de la tierra amada.
martes, 18 de febrero de 2014
Versos de hoy
¡QUÉ
SÉ YO o YO QUÉ SÉ! (Octavo)
¡Qué sé yo, señor del tiempo,
de
borrascas e isobaras,
de
explosivas ciclogénesis
y
otras tantas zarandajas!
¡Yo qué sé del viejo clima,
del
que tanto ahora se habla,
ni
de la leche que traen,
las
ventoleras, las aguas,
las
olitas de la mar
y
las copiosas nevadas!
Sólo sé, que estamos hartos,
de
poco sol y mucha agua,
de
las olas “rompetodo”,
de
las temidas riadas,
de
los fríos, de los vientos,
de
los daños a mansalva,
que
los dadores del tiempo,
nos
brindan cada mañana.
¿Hasta
cuándo ha de durar,
el
tiempecito de marra,
que
nos tiene acobardado,
ahítos
de las bravas aguas?
¡Qué pronto llegue el solito,
que
ya viene haciendo falta,
y
que rompa el azahar,
y
el cante por sevillanas
y,
a este febrerillo loco,
de
clima tan tarambana,
que
le den el finiquito,
que
le den por saco, y marcha,
que
aquí, ya estamos sobrados
de
mal tiempo y malas caras!
sábado, 15 de febrero de 2014
Versos de hoy
¡YO
QUÉ SÉ o QUÉ SÉ YO! (Séptimo)
¡Qué sé yo de Olimpiadas,
sean
de verano o invierno,
sean,
en la ignota Sochi
o
en el Río brasileiro!
¡Yo qué sé de medallitas,
ni
de viejos medalleros,
ni
del noble “Cubertin”,
gran
inventor de estos juegos!
¡Qué sé
yo, lo que ellas cuestan,
de
donde mana el dinero
para
tantas construcciones,
para
tan claro dispendio,
para
tanta banderita y…
para
tanto “tragadero”!
Y al final de la película,
igual
que en otros eventos,
sean
del color que sean,
el
“paganini”, es el pueblo
que,
al ladito de palacios,
descubrirá,
sin esfuerzo,
las
hambrunas, las miserias
y
los grandes basureros,
que
dividen a los hombres,
en
ricos y pordioseros,
aunque
hoy el olimpismo,
denominado,
moderno,
viva
derrochando vítores,
bien
alegre y satisfecho.
¡Qué sé yo de olimpiadas,
yo
qué sé de tanto cuento!
¡Más
manteca para el bollo,
menos
royo macabeo!
miércoles, 12 de febrero de 2014
Mi grito
Mi grito contra el aborto, la corrupción, la crisis y otras maldades del genero humano al que, tristemente, pertenezco.
Lápiz de color sobre papel.
Lápiz de color sobre papel.
Versos de protesta
¡YO
QUÉ SÉ o QUÉ SÉ YO! (Sexto)
¡Qué sé yo de los abortos,
varón
poco reflexivo,
hombre
que nunca parió,
en
este mundo de cínicos!
¡Yo qué sé del abortar,
poeta
de poco tino,
ante
tanta sabia alcurnia,
ante
tanto infanticidio!
¡Qué sé yo de vida y muerte,
qué
sé yo de seres vivos,
entre
tanto: “Todo vale”,
entre
tantos asesinos!
¡Yo qué sé de nuevas leyes,
de
parlamentarios dignos,
que
disponen, a su antojo,
de
seres vivos, bien vivos,
que
nunca verán la luz,
por
puro y duro capricho
de
señoras paridoras,
muy
dueñas de sus coñitos,
apoyadas,
en mala hora,
por
ilustrados políticos,
por
progresistas de turnos,
por
un pueblo seducido,
que
actúan, la mar de osados,
como
dioses del Olimpo,
quitando
y dando la vida,
a
miles de pobres niños!
¡Qué sé yo de los abortos
que
se llevan cometidos,
muertes
de pobres criaturas,
muertes,
muertes sin sentido,
al
amparo de las leyes
y
con el libre albedrío
de
una mujer arrojada
a
un malvado desatino!
lunes, 10 de febrero de 2014
Versos de estos tiempos
CIGÜEÑAS DE LOS ALCORES
Ya no se van las cigüeñas,
espadaña del Convento,
en tu cima se han
quedado,
renunciando al nomadeo.
Cansadas de su emigrar,
de navegar por los
cielos,
de buscar y reparar
nidos para sus
polluelos,
han decidido quedarse
a vivir en el Convento,
encima del campanario,
lugar tranquilo y
sereno,
y así, poder disfrutar,
desde un sitio
predilecto,
de los sones de campanas
y de algún que otro
concierto.
¡Ya no se van las cigüeñas!
dirán algunos,
contentos,
otros, por contra, dirán,
con claro resentimiento,
¡Ya no vienen las
cigüeñas,
para anunciar el buen
tiempo!
Estas cigüeñas modernas,
vecinas de nuestro
pueblo,
como cualquier
ciudadano,
ejercieron el derecho
a quedarse en este
Alcor,
donde hace tiempo
nacieron.
Cigüeñas de los Alcores,
vivís y sois de los
nuestros,
y para que nada os
falte,
con unos pocos de versos
y una poquita de guasa,
yo os inscribo en el
censo,
para que nadie os diga,
que estáis aquí de
estraperlo,
sino, todo lo contrario,
¡Qué estáis aquí, por
derecho!
domingo, 9 de febrero de 2014
Versos caprichosos
EL
VENDEDOR DE CAPRICHOS
Por la tierra yo ando
vendiendo
caprichos,
si
alguno los quiere
que
venga a pedirlos,
que
me quedan muchos,
y
son baratitos.
Los tengo bien grande,
también,
pequeñitos,
que
duran y duran,
o
sólo, un ratito.
No
preguntes precio,
si
eres pobrecito,
yo
te los regalo
a
cambio de un guiño.
Si
tienes dinero,
no
cuentes conmigo,
que
ya muchos tienes,
allá
en tu castillo.
Yo vendo, no compro,
caprichos,
caprichos,
a
la dama tonta,
a
los presumidos,
al
que mucho come,
a
los más borricos,
al
viejo sesudo,
al
inquieto niño,
y
a todo el que quiera
subir
un poquillo,
en
la escala boba
de
los jefecillos.
Yo
no tengo tienda,
ni
escaparatitos,
ni
hago rebajas,
los
precios son fijos,
a
cuesta yo llevo,
todos
los caprichos,
los
llevo guardados
en
mi gran bolsillo,
que
siempre está roto,
con
agujeritos,
para
que se salgan,
muy
poco a poquito,
y
aquel que lo encuentre,
que
quede tranquilo,
y
que lo disfrute
como
un gran amigo.
La vida es muy corta,
cómprame
un capricho,
que
tal vez mañana,
estés
en el nicho,
criando
malvalocas
y
no por gustito.
Cómprame
uno sólo,
este
pequeñito,
verás
que bien sabe
dentro
de un ratito,
disfruta
con él,
que
viene el destino,
con
cara de palo,
con
malos instinto,
a
robarte presto
tu
hermoso capricho.
No vendo refranes,
ni
cuentos, ni dichos,
yo
vendo, contento,
miles
de caprichos,
para
hacer feliz
al
hombre sencillo,
que
gasta su vida,
dándole
al martillo,
trabajando
duro
para
unos litillos,
que
gozan felices
de
grandes caprichos.
Yo
vendo y consumo
pequeños
caprichos,
como
aquel poeta,
soñador
y rico
en
bellas palabras,
en
hermosos libros,
en
cálidas rimas
de
versos sencillos,
que
a mí, pobre humano,
me
enseñó el camino,
el
mejor capricho,
de
escribir en versos,
con
mi propio estilo,
la
vida que bulle
por
todos los sitios,
sin
pensar en premio,
ni
caro castigo.
¡Sólo
porque quiero,
por
puro capricho!
miércoles, 5 de febrero de 2014
Versos libres, recién liberados
CANAS DE MI CORAZÓN
Tiene canas mi corazón,
hijas
prematuras,
nacidas
y amamantadas,
en
los albores de luengas jornadas,
con
la nívea escarcha de la frialdad,
con
el blanco marmóreo de los cementerios,
con
la alba inocencia perdida,
con
los insalvables crepúsculos del dolor.
Tiene canas mi corazón,
blancores
áureos,
anuncios,
sin palabras,
proclamas
silenciosas
de
una arrítmica existencia,
de
un deteriorado permanecer inédito,
de
un perentorio acercamiento al más allá,
de
un ineludible asomo a un ocaso ineluctable.
Tiene canas mi corazón,
hilos
de cal viva,
entorchado
albo de la inocencia rescatada,
dibujado
por el tiempo
para
justificar su impertérrita presencia,
para
incitar a la sabiduría,
para
aprender a esperar paciente,
para
ser siempre y, después de todo, blancor caduco.
Tiene canas mi corazón,
opacidad
blanca del existir,
níveas
heridas del estar,
muestrario
albino
de
la tozuda ingratitud,
de
los alocados vientos de la modernidad,
de
la empecinada indiferencia,
del
éxtasis diarreico de la popularidad.
Tiene canas mi corazón,
insalvable
tener,
tiene
canas mi corazón,
de
nada serviría, teñirlas.
Lápiz de color sobre papel.
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