¡BUENAS NOCHES!

                 Reflexión que surge en el estío de 1966 en la Universidad Laboral de Gijón donde impartimos, un Curso de Voleybol para la OJE.

12  .-  ¡BUENAS NOCHES, INOCENCIA!

                    ¡Buenas noches, INOCENCIA!

                                        Inocencia de pocos años, capaz de originar la mayor de las magias: la del mundo fantástico de la niñez, la de tantas Alicias en el País de las Maravillas, la de esa interminable catarata de relatoa infantiles.

                                        Inocencia que permite que una hormiga sea atómica o un pato, llamado Donald, acapare reveces en sus múltiples , variadas y divertidas aventuras; que el cielo fue pintado de azul por 

Dios con la brocha más enorme que haya existido y que de noche, siguen sus santos preferidos, antes de acostarse, dar al interruptor que encienden la luna y las estrellas.

                                        Inocencia de pequeños que les lleva a pensar que tiene más ventajas y es mejor ser mayor, persona grande, que diminuto, porque cuando aparece Casimiro en la tele deben irse a la cama.

                                        Inocencia de poca edad que hace  posible jugar a muertos y vivos con la mayor naturalidad; a policías y ladrones o a vaqueros e indios con sucesivas alternancias; a ser tan grande como Superman o tan pequeños como Tom y Jerry; a emprender terribles aventuras y viajes sobre una estera  converrtida en auténtica balsa y entre las olas de un mar enbravecido de césped recién cortado; de hacer castillos de arena o jugar a padres e hijos.

                                        Inocencia de Reyes Magos, de Ratoncito Pérez, de ogros y dundecillos, de diablos cornudos y con rabo y de ángeles de la guarda, de cocos y de cu-cus, de brujas con escobas reacias

al progreso y de dragones voladores, de centauros y de sirenas y de otros personajes , creados por los mayores, para que nosotros nos durmamos antes  o que nos nos quiten el sueño.

                    ¡Buenas noches, INOCENCIA!

                                        Inocencia de adultos, capaz d la mayor de las magias: la de un mundo soñado por mártires; el tuyo, Jesús; el de Ghandi o Luter King o el de Francisco de Asís

                                        Inocencia que nos permite creer que el hambre no haría morir a más niños, que se acabaran las guerras del mundo, que terminaría un día no muy lejano el egoísmo de los hombres, que sabremos ser solidarios y respetuosas hasta con nuestros enemigos, que el sol saldrá para todos y la noche permitirá descansar con la conciencia tranquila a los poderosos.

                                        Inocencia de mayores que les lleve a pensar que es mejor y tiene más ventajas el ser pequeño, ser como niño, que ser grande, porque cuando veo la tele, en ella sólo hay conflictos, paro, guerras, robos, pìllerías , muerte y poder...

                                        Inocencia de muchos años que hace posible en pocas ocasiones desgraciadamente, jugar con los niños.

                                        Inocencia de nuevos héroes y líderes salvadores de verdad, de ordenadores y computadoras, de robots, de paraísos perdidos, de falsas divinidades, de humanismos acentuados, de materialismo creciente, de pseudoescalas de valores, de ovnis, de carreras espaciales, de sanadas industrias bélicas y de tantos otros inventos que más tarde o más temprano destruirán nuestra inocencia, la de los niños y la de los mayores.

                                        ¡Buenas noches, INOCENCIA!

                                        ¿Por qué nos abandonas?

                                                El Viso del Alcor, 19 de Noviembre de 2024