195 .- LOS SASTRES DE LOS FANTASMAS
CAPÍTULO SEXTO
Siendo el lugar de Carmona,
villa que me enamorara,
algunas historias sabía
de sus costumbres y andanzas,
viniéndome a la memoria,
como una rápida ráfaga,
una feliz cancioncilla
que las mocitas cantaban,
acompañando sus juegos,
con más que graciosas danzas.
Su letra hacia referencia
a una doncella muy guapa
que por no corresponder
al amor que le mostraba
un hidalgo caballero
que de Castilla llegara,
por esto, en lúgubre cueva,
ella fuera encadenada,
para que por su desdén
la cruel muerte allí encontrara,
huyendo de aquesta villa,
marchándose a Tierra Santa.
Cuando el guerreo volvió,
sano y salvo, de Cruzada,
con grande arrepentimiento´,
los restos de ella, buscara,
para darle sepultura
según costumbre cristiana,
encontrándose en su locura
y nada de su bella dama.
Otra canción que las niñas
también a coro cantaban,
parecía continuación
de la anterior relatada.
Hablaba como la dicha
de otra doncella galana,
que por razón que fuera
también fuese encadenada
en las entrañas siniestras
de ciudad amurallada
y que cuando más agónica
era su desesperanza
por dos hechos milagrosos
la doncella fue salvada.
Sus angustiosos lamentos
tal lástima despertaban,
que llegan a enternecer
a las mismas alimañas,
que antes de morir, dejarla,
se ocupan de alimentarla,
sin fallarle ningún día,
desde el ocaso hasta el alba,
cuando en las suyas guaridas
del frío nocturno, se guardan.
El Viso del Alcor, 2 de Junio de 2024
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