El Viso del Alcor es una localidad enclavada en la Campiña sevillana, de la que puede decirse, como se ve en una de sus entradas, que además ocupa el corazón de los Alcores, elevación que se extiende desde la antigua y turística Carmona hasta Alcalá de Guadaira, la de los Panaderos, que comparte una calle, en la misma raya de sus términos, con la vecina Mairena, también del Alcor, contando las cuatro con hermosos balcones que se asoman a la igualmente bella Vega de Carmona, con vistas verdaderamente impresionantes en sus amanecidas y anocheceres y con una rica y variada paleta de colores, que tan sabiamente plasmaba en sus lienzos el pintor visueño Juan Roldán, Hijo Predilecto de la villa.
Una de las calles más emblemáticas de esta población es la conocida como de Albaicín, en el centro del casco histórico, que comienza en un lateral del nuevo Ayuntamiento, el que se levantara sobre el antiguo solar ocupado por el Palacio de los Condes de Castellar, fundadores de El Viso y que fuera residencia y colegio de las monjas Teatinas antes de ser derribado. Casa Consistorial que en su lateral presenta una pequeña acequia por donde transcurren las aguas a plena luz, procedentes de la parte alta de la población, pasando por debajo de la misma iglesia de Santa María del Alcor y recorren el corto espacio de la calle Conde de Castellar, haciendo uno de sus descansos en la antigua alberca de la Huerta Abajo.
Que nada más empezar y antes de la llegada de la calle de la Amargura, por donde pueden verse algunos pasos de la Semana Santa visueña en un entorno bellísimo, por la estrechez de la misma y en descenso, se encuentra la Casa Hermandad de la Piedad y a la derecha la Casa de Cáritas Parroquial. Subiendo poco a poco hasta encontrarse en su final con la Calle Calvario, que llevará a algunos de los pasos hasta la plazoleta de igual nombre y muy en especial a Nutro Padre Jesús Nazareno, el Señor de El Viso, que dentro de unos días, pocos, el próximo domingo, recibirá las llaves de la ciudad, de manos de su Alcalde.
Calle típica de El Viso que ha sabido conservar en su arquitectura el tipo de viviendas tradicionales de nuestros pueblos, el empedrado de su suelo y que invita al visitante a dar un paseo por ella para conocer el casco antiguo de la ciudad.
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