sábado, 28 de noviembre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 Entrega 8. Escrito 8

LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE

      Para algunos humanos, vividores de la política, les resulta imposible llamar a las cosas por su nombre. Su cobardía es tan grande que intencionadamente se esconden en abstracciones, en eufemismos, en baratos trucos para ocultar la verdad a la hora de llamar al pan, pan, y al vino, vino, como todo bien nacido DEBÍERA DECIR.

     Hace unos días se cumplió el veinte aniversario del asesinato del exministro socialista Ernest Lluch por ETA. Todos sabemos quién fue, quién es y quién sigue siendo ETA. Lo sorprendente es que todavía quedan “gentes” que no lo saben o que no quieren saberlo. El delito de esta ignorancia, para algunos, es grave, y más aún lo es para aquel que gobierna esta España nuestra. Un tal Pedro Sánchez, gran jefe de los socialistas y presidente del gobierno español, cargo que no merece, se atreve a cometer el pecado de no llamar a las cosas por su nombre. Trata de homenajear a su “compañero” de partido, asesinado hace 20 años, diciendo que lo mató “el terrorismo”. Tendrá poca hombría. No lo asesinó el terrorismo, lo hizo ETA, ETA y ETA.

      Estamos acostumbrados a oír y ver mentir a Pedro Sánchez, pero no a denigrar el buen nombre de sus compañeros de partido con falsedades o con argucias para proteger a los mayores enemigos de España.

     ¿Dónde están los auténticos socialistas?

     ¿Cómo se pueden tragar tantas afrentas y felonías de este personaje?


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