Martes,
9 de octubre de 2018.
A
226 días…
ELECCIONES
ANDALUZAS, ¿PARA QUÉ?
A
Susana Díaz ya le salió del alma, señalarnos día para votar de nuevo en
Andalucía, el 2 de diciembre del año en que nos encontramos, 2018, (indicado por
si alguien, confuso o confundido, se ve o se encuentra en otra anualidad. ¡Qué
todo es posible en las tierras de María Santísima y del psoe!)
Como andaluz votante, no me preocupa la fecha elegida por la Presidenta,
ni su cercanía a la Fiestas Navideñas, ni los efluvios aromáticos de los mantecados, de los turrones,
ni de otras muchas zarandajas de esos tiempos en que muchos, desgraciados o no,
viven abducidos por el espíritu de la Navidad. Me preocupa la posible, casi
segura, continuidad de los señores de los “ERES” y otras “menudencias”; de los
que, en cerca de cuarenta años, no han tenido ni tiempo, ni ganas de darle la
vuelta a la negativa situación en que nos encontramos en Andalucía, de darle la
vuelta a la tortilla chamuscada del paro, de la educación, de la sanidad, de
ser y estar a la cola de todo lo bueno de España. Y después de todo tendremos
que aceptar, a nuestro pesar, que los andaluces estamos “jodidos, pero
contentos”, de lo que somos y de lo que tenemos.
Y
sale la Presidenta recomendándonos que en la campaña de las elecciones, seamos
chicos buenos, que no hablemos mal de Andalucía, que nos comportemos como los
buenos andaluces, que aman su tierra bendita. Y yo le digo que sí, que voy a
comportarme como me pide, que voy a ser un buen andaluz y que voy seguir queriendo a mi Andalucía.
Nunca he dejado de quererla. A quien no quiero, ni en pintura, es a los
vividores de la política, a los corruptos de los “eres”, a los que se gastan el
dinero público en prostíbulos, a los que han pervertido, sin escrúpulos, la
verdadera y auténtica política.
Mi
resignación política, después de lo padecido en el PSP de Tierno Galván y en el Partido
Andalucista de Rojas Marco, es tan grande que aceptaré, no de muy buen grado,
que vuelvas a ser la Presidenta de los andaluces, de aquellos que se dejaron
comprar por un plato de lentejas, de aquellos que siguen mamando de la vaca
gorda y de la rosa roja, de aquellos que aceptan la corrupción porque son iguales
de corruptos, de los que ascendieron a “jefecillos” sin haberle dado un palo al
agua, de los que compran voluntades y
votos a cualquier precio, de los muchos pobres analfabetos y espabilados, de
aquellos que no dejan de pescar en ríos revueltos, etc., etc. que son bastante
y suficientes para proclamarte orgullosa “capitana” de los andaluces, con pacto
o sin él.
Y
con dolor y tristeza me pregunto. Elecciones en Andalucía ¿Para qué?
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