Jueves, 10 de octubre de 2018.
A 224 días…
A VUELTA CON LOS
ABUELOS.
¿Quién da más? Subastemos y alabemos el
trabajo que realizan los abuelos en el ocaso de su tiempo, con sus nietos, en
estos “ahora”, en estos “hoy” de ayer, de hoy y de mañana, que más que correr,
vuelan, y comprobaremos lo elevado de las pujas.
No es un invento nuevo el echar una mano a
los hijos para sacar adelante los proyectos familiares. No es nuevo ayudar a
los hijos necesitados de ayuda. Pero nunca, estas ayudas, este echar una mano,
han alcanzado cotas tan elevadas de sacrificio, de abuso, de exigencias, de
quijotismo. Nunca, como hoy, se le está exigiendo tanto a los abuelos, algunas
veces sin reconocerles sus aportaciones. Nunca, como hoy, se priorizan las
necesidades de los hijos sobre “el poder
o no” de los abuelos. Nunca, en estos casos, se ha dudado de que los hijos y
los abuelos tienen sus propias vidas, a desarrollar con la mayor plenitud hasta
el final de sus días, sin verse sujeto al “vasallaje”, a la “esclavitud”, al
“sometimiento” bajo la bandera de ayudar al cuidado de los nietos.
Al final de la película, si seguimos por
estos derroteros, viviremos la mutación de que los nietos serán criados por los
abuelos, mientras los padres (padre y madre) se machacan en sus respectivos
trabajos para mantener el statu social elegido y, al tiempo, disfrutar de
salidas, festejos, etc.
Todavía quedan hijos (raras avis)
comprensivos con sus padres (abuelos) que se mantienen honrosamente en sus
papeles de buenos “criadores”, sin sobrepasarse, sin saltarse las líneas rojas
del abuso, sin exigir nada, pidiendo lo justo y lo posible.
De todo lo anterior podremos obtener algo
positivo. El auge de la relación abuelo nieto, con sus batallitas, con la
transmisión de experiencias, con la frescura regeneradora de los contacto de
los extremos, con el mantenimiento vivo del “querer”. Por otro lado, la
gratitud de los padres agradecidos a sus progenitores. Bonita forma de terminar
este…
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