212 .- EL JOVEN MAESTRO Y EL POBRE RATÓN (Experiencia vivida)
CAPÍTULO CUARTO
Al maestro le ocurre igual,
cuando los niños le dejan,
debe preparar las clases
para una jornada nueva
y por no contar con casa
prefiere estar en la escuela,
donde puede corregir
de los niños, sus libretas,
preparando en soledad,
a cada cual su tarea,
porque al ser tan diferentes,
cada uno, la suya lleva.
En la quietud de la tarde,
trabajando en vieja mesa,
donde cientos de polillas,
felices la agujerean,
un más que ínfimo ruidito
aquel silencio, lo altera,
al que sigue movimiento
de una sombra bien ligera,
cerca de un agujerito
en el rincón de la puerta.
Es como una viva ráfaga
que algo de atención despierta.
Pasados unos instantes
esa experiencia se itera,
ahora el ruido proviene
de debajo de la leña,
apilada junto a estufa
para cuando invierno llega.
el maestro sigue la tarea,
hasta que ve algo que corre
con una veloz carrera,
delante de sus narices,
como si este no existiera,
cogiendo un trozo de pan
con rapidez se aleja´
volviendo a su agujerito,
donde tendrá la vivienda.
al autor de aquella treta,
es un pequeño ratón
con su colita bien tiesa,
que de restos de comida,
que los alumnos le dejan
cuando toman su bocata,
es con lo que se alimenta,
sólo tiene que salir,
cuando el aula está desierta,
a buscar ricos manjares,
sin miedos que le detengan.
El Viso del Alcor, 20 de Junio de 2024
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