Entrega nº 56
ZIPI Y ZAPE
José Escobar Saliente
Escobar, dibujante historietista
español, es conocido como uno de los cinco grandes de la Editorial Bruguera,
junto a Conti, Cifré, Giner (dibujante realista) y Peñarroya; siendo el de
carrera más extensa, gracias a series
como Zipi y Zape y carpanta de gran impacto popular.
Nació el 22 de octubre de 1908 en
Barcelona y falleció el 31 de marzo de 1994. Durante la I Guerra Mundial, con 6
ó 7 añitos, toda la familia se traslada a Granollers, donde su padre fue destinado
como funcionario de Correos. Aprendió sus primeras letras en la escuela de
Unión Liberal. A los 10 años, como algunos de nosotros comienza el Bachillerato
gracias a una tía suya que residía en La Habana, la cual, enterada de su
afición al dibujo, se había propuesto a que el joven artista fuera arquitecto.
Escobar suspende en segundo curso y
entra a trabajar en la Delegación de la tabacalera en Granollers, cobrando un
duro por ayudas en las sumas y el reparto, una mañana a la semana. Sólo durará
4 ó 5 meses en el trabajo, pero adquiriría ya para toda la vida el vicio de
fumar. Luego sería dependiente en una farmacia, ganando 12 duros al mes y a los
14 años era repartidor de Telégrafos. A los 17 años aprobó unas oposiciones a
Correos, llegando a ser Interventor al año siguiente de la Estafeta de
Granollers.
Su carrera como dibujante la inicia con
la publicación de una historieta en un concurso de la revista Virolet de la
Editorial Baguña y animado por este hecho colabora con la revista La Gralla y
en el Diario de Granollers. La primera revista de gran tirada donde trabajó fue
Sigronet de El Gato negro, editorial antecesora de Bruguera, donde coincide con
Antonio Moreno y el también bisoño Martí Bas. Como profesional ya publica en
L´Esquella de Toratxa, integrándose en el Sindicat de Dibuixants Professionals.
Y aunque ajeno al dibujo, señalar que desde 1925 a 1945 pertenece a un grupo de
teatro aficionado.
En los años 30 colaboró con varias
revistas, como Papitu, Pichila y TBO y hasta fue editor de la efímera L´Esquellot
de Granollers desde 1933 a 1934. Realizando en este tiempo una película de
dibujos animados: La ratita que barría la escalerita, adaptación de La ratita
presumida, con el fotógrafo José Boch, y en 1938 ingresó en Hispano Grafic Film
como animador.
Al
término de la Guerra Civil (1939) fue depurado del servicio de Correos y
condenado a seis años y un día por motivos políticos y el mismo Escobar explicó
años después que obtenía algo de dinero realizando caricaturas a otros presos,
que firmaba como Rebec (en catalán travieso), permaneciendo en prisión sólo un
año y medio, saliendo de ella en régimen de libertad controlada. Siguió
trabajando con Hispano Grafic Film hasta que tuvo diferencias con el director
de la empresa, Salvador Mestres, dibujante también de historietas, y abandonó
aquel trabajo para asociarse con Joaquín Muntañola, otro dibujante que había
creado el personaje de Josechu el vasco, para hacer “Una perrita para dos” y
“El faquir González en el circo”, pareja que igualmente se disolvió.
Dirigió
entonces uno de los tres equipos de “Dibujos Animados Chamartín”, produciendo
cortometrajes como Civilón y la sirena y Civilón boxeador, en 1942. Como la
competencia de NO-DO arruinó la producción de cortos, trabajó entre 1942 y 1952
como juguetero. Hasta que vuelve en esos años a la historieta. En 1944 colabora
con las revistas Leyendas yInfantiles y Aventurero, de –hispano Americana de
Ediciones e ilustra cuentos infantiles para Bruguera.
En 1947 colabora con la reaparecida
revista Pulgarcito y un año más tarde, 1948, crea sus personajes más
recordados: los gemelos Zipi y Zape y el eterno hambriento, Carpanta, símbolo
de las penurias económicas de la posguerra española.
Durante los años 50 creará Doña Tula,
suegra (1951) y Petra, criada para todo (1954). Además de trabajar para
Bruguera, colabora con semanarios como Lean y Dicen, y en los madrileños:
Gutiérrez, Don José, Cucu y Teleradio. En 1953 crearía unos cursos por
correspondencia para aprender a dibujar y fue autor de la obra de teatro
“Ensayo General” (1957) que aún sigue reponiéndose.
Junto a Conti, Giner y otros, vivió el
fracaso de su editorial independiente que publicaría la revista Tío Vivo, para
la cual crearía Blasa, portera de su casa., El Mago Assieres y el profesor
Tenebro (1957) y Doña Tomasa, con fruición va y alquila su mansión (1959).
Cuando vuelve a Bruguera, que absorbió
a Tío Vivo, creó Filomeno y su taxi Genovevo (1963), Don Óptimo y Don Pésimo
(1964) y Plim, el Magno (1965); dedicándose principalmente a sus personajes
estrellas: Zipi y Zape y Carpanta y por otra parte, los gemelos llegan a tener
incluso su revista propia en 1971. Escobar, además publicará dos obras nuevas
de teatro: Rapto a las seis y media y La otra cara de la Luna. A finales de los
70, volvió a recuperar su cargo de Correos.
El fracaso final y cierre de Bruguera
en los años 80, igual que le ocurriera a otros dibujantes como Ibáñez y Raf, le
llevan a probar en una nueva revista, Guai, de la Editorial Grijalbo, para la
que dibuja la serie de Terre y Moto, otros dos gemelos inspirados en Zipi y
Zape.
Al adquirir Ediciones B el fondo
editorial de Bruguera, escobar regresa a su personajes clásicos y continúa
trabajando en la historieta, a pesar de su avanzada edad, hasta que muere en
1944 en un asilo en duras condiciones económica.
Y para terminar algo habrá que decir de
Zipi y Zape, por ser de los más populares
del cómic español, sólo superado por Mortadelo y Filemón y aún vivos por el
trabajo del guionista Juan Carlos Ramis y del dibujante Joaquín Cera.
Personajes idénticos en cuanto a su físico y a sus travesuras, pero uno moreno, Zape, y el otro rubio, Zipi, y que uniéramos sus nombres nos llevaría a “zipizape”, equivalente a “alboroto”, lo que son ellos, aunque de buen corazón, de ahí su gran obsesión por “hacer una obra buena”. Así que resulta lógico que sus historias terminan habitualmente huyendo de alguien, recluidos por su padre o en el cuarto de las ratas. Sus padres: Don Pantuflo Zapatilla, catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia, de clásico chaqué en la calle y en su casa con zapatillas y albornoz; mientras que su esposa, Doña Jaimita Llobregat, caracterizada por su lazo rojo en el pelo, es la que sufre la mayoría de las travesuras domésticas de sus hijos, protagonizan igualmente esta serie, acompañados de una interminable nómina de personajes secundarios.
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