Entrega 7. Escrito 1
PINTAR EL MAR
Agosto invita a septiembre, a atenuar la temperatura, sobre todo por las
noches que empiezan a ser más frescas y llevaderas. Aunque, de vez en cuando,
se olvida de ello y no evita la tentación de “calentarnos” más de lo normal.
Amén de sus bondades, para algunos, es final de vacaciones y vuelta al
trabajo. Mala cosa esa de volver al curro y mucho peor el afiliarse al Paro.
Agosto no tiene problemas para inventarse colores de auténtica magia.
Agosto despierta novedosas sensaciones que, todos los años, reviven en
nosotros, curiosas y llamativas imágenes, fácil de rememorar en cualquier época
del año, gracia a los encantos de todos sus compañeros de viaje, los meses.
Agosto no olvida nunca su rica paleta, plena de azules de mar y cielo;
ocres de tierra, platas y blancos de inmaculada pureza; amen, de verde
vegetación. Agosto sabe mezclar, combinar, agachar, envalentonar, entonar su
arcoíris de colores veraniegos. Agosto cuenta con la ayuda estimable de sol, de
la Luna con sus mareas, del mar, de la brisa, de la calima y de las inquietas
olas que no paran de juguetear y romperse en el orillar. El azul mar intenso
contrasta con el celeste celestial, lejano testigo de las blancas olas al
romperse incansables cerca de la orilla. Los ocres, de lo mojado y lo seco,
serpentean en juego de idas y venidas, de avances y retrocesos, pletóricos de
efímeras huellas de humanos y, ocasionalmente a pesar de estar prohibido, de
perros de variadas razas y tamaños. La respetada vegetación no se cansa de
prestar verdes de diferenciados tonos al paisaje natural y al inventado por los
diseñadores de Costa Ballena. Los marrones y demás colores rivalizan al
componer singular cuadro marino.
Obligado estamos a admirar las colecciones de cuadros que AGOSTO nos
regala anualmente en su periódico estar en el calendario mensual. No teme
agosto a los otros meses, sabe de su poderío y de su buen hacer, aunque algunos
enemigos no le faltan.
Gracias AGOSTO por invitarme a la contemplación de tus efímeros e
irrepetibles cuadros, palpables ejemplos de auténticas maravillas. Gracias de
nuevo, AGOSTO.
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