lunes, 9 de noviembre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 Entrega 7. Escrito 1

PINTAR EL MAR

      Si el mes de AGOSTO fuera un famoso pintor, se vería obligado ineludiblemente a pintar el mar, a realizar mil y unas marinas. Es, en su tiempo, cuando el mar o la mar se viste con sus más espléndidos y atrayentes vestidos; sus movimientos gozan de armonía, liberados de brusquedades y las mareas en su bajamar fabrica, sobre la arena mojada, gigantescos espejos capaces de reflejar su relajante y vistoso entorno.

     Agosto invita a septiembre, a atenuar la temperatura, sobre todo por las noches que empiezan a ser más frescas y llevaderas. Aunque, de vez en cuando, se olvida de ello y no evita la tentación de “calentarnos” más de lo normal.

     Amén de sus bondades, para algunos, es final de vacaciones y vuelta al trabajo. Mala cosa esa de volver al curro y mucho peor el afiliarse al Paro.

     Agosto no tiene problemas para inventarse colores de auténtica magia. Agosto despierta novedosas sensaciones que, todos los años, reviven en nosotros, curiosas y llamativas imágenes, fácil de rememorar en cualquier época del año, gracia a los encantos de todos sus compañeros de viaje, los meses.

     Agosto no olvida nunca su rica paleta, plena de azules de mar y cielo; ocres de tierra, platas y blancos de inmaculada pureza; amen, de verde vegetación. Agosto sabe mezclar, combinar, agachar, envalentonar, entonar su arcoíris de colores veraniegos. Agosto cuenta con la ayuda estimable de sol, de la Luna con sus mareas, del mar, de la brisa, de la calima y de las inquietas olas que no paran de juguetear y romperse en el orillar. El azul mar intenso contrasta con el celeste celestial, lejano testigo de las blancas olas al romperse incansables cerca de la orilla. Los ocres, de lo mojado y lo seco, serpentean en juego de idas y venidas, de avances y retrocesos, pletóricos de efímeras huellas de humanos y, ocasionalmente a pesar de estar prohibido, de perros de variadas razas y tamaños. La respetada vegetación no se cansa de prestar verdes de diferenciados tonos al paisaje natural y al inventado por los diseñadores de Costa Ballena. Los marrones y demás colores rivalizan al componer singular cuadro marino.

     Obligado estamos a admirar las colecciones de cuadros que AGOSTO nos regala anualmente en su periódico estar en el calendario mensual. No teme agosto a los otros meses, sabe de su poderío y de su buen hacer, aunque algunos enemigos no le faltan.

     Gracias AGOSTO por invitarme a la contemplación de tus efímeros e irrepetibles cuadros, palpables ejemplos de auténticas maravillas. Gracias de nuevo, AGOSTO.


 

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