miércoles, 28 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 6. Escrito 3

DIVORCIO, YA

      Somos muchos los españoles que demandamos, sr. Sánchez, con sobradas razones, la ruptura de su matrimonio con el sr. Iglesias, por mal avenido, por manifiestas infidelidades, porque usted, como todo mortal, tiene derecho a dormir, y déjese de engaños, falsedades y fingimientos, que la vida es corta y en la política más aún.

     Un divorcio a tiempo es bueno y no espere a que los trastos vuelen sobre las cabezas de ambos dos, con sus correspondientes daños físicos, mentales y políticos.

     Y no es que tengamos algo contra el sr. Iglesias (Nombre que no le acompaña) es él, el que tiene problemas con todo bicho viviente incluso con los suyos que, con pasmosa habilidad, trata de domesticar y mantener, para siempre, en el “sí Wana”.

     Los que le avisamos no somos traidores, como dice el popular dicho, somos paisanos que vemos a diario como el tal sr. Iglesias, le pone los cuernos cuando se le antoja y usted sr. Sánchez nunca se queja. Esto de los cuernos es peligroso y bastante feo y una vez encornado el título de “cabroncete” no hay quien se lo quite. Piense usted, sr. Sánchez, ahora que está de vacaciones, por cierto, en un modesto palacete, en la sin par isla de Lanzarote que regalaron al que usted acaba de echar de España, el rey emérito Juan Carlos, y que el mismo, donó al patrimonio nacional, para que usted pudiera, acompañado de su familia y amiguetes, veranear a lo grande en ese modesto enclave canario. Vueltas que da la vida o la vidorra. Menos mal que, en el tiempo y horas que duren las vacaciones, nos dejó al frente de España a la incombustible sra. Calvo, adalid de las continuadas meteduras de patas, no intencionadas, sin querer, como dicen los niños en sus infantiles juegos.

     Volviendo al divorcio, estoy seguro de que, usted, sr. Sánchez, saldrá ganando y con tiempo suficiente para quitarse de encima su ostentosa cornamenta. El que perderá, con seguridad, será el sr. Iglesias que tendrá que volver al infierno de los no poderosos, allá, donde desde hace tiempo ya no atan los perros con longanizas, aunque, eso sí, manteniendo sus “cortos” sueldos de pareja y su casita de Galapagar. Más vueltas que da la vida o la vidorra política, sr. Iglesias.

     Quién nos iba a decir a nosotros, católicos y apostólicos que,

nos encontraríamos pidiendo que se rompiera un matrimonio que Dios ató para siempre ¡Vaya tela! Quién nos iba decir a nosotros, españolitos de a pie, que suplicáramos a todo un presidente, que se separara de su pareja ¡Qué bochorno!  Quién nos iba a decir a nosotros, patriotas de pro, que terminaríamos defendiendo la monarquía frente a la casposa izquierda. Quién nos iba a decir a nosotros, defensores de la unidad de España, que viviríamos el intento separatista de Cataluña. Sr. Sánchez “la cosa” se le está poniendo dura y difícil. Quién nos iba a decir a nosotros, sanos como peras, que viviríamos una descomunal pandemia. Tiene guasa el bichito chino. Y quién nos iba a decir a nosotros, amantes de los lentos y babosos caracoles, que viviríamos tantas y tantas aventuras y desventuras de una tacada.

      Y para terminar una pertinente o impertinente recomendación: Sr. Sánchez, DIVORCIO, CON MAYÚCULAS, YA.

 “La Mareta”, regalo de Jordania a Juan Carlos I y cedido por éste al Patrimonio Nacional
 

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