Entrega 4. Escrito 19
LA GRAVE ENFERMEDAD DE ESPAÑA
No
se sabe si superará esta grave crisis o si quedará, para los restos, con una invalidez
crónica de casi imposible curación.
Sus
síntomas son bien claros. Pérdida de peso en la UE hasta convertirse en un país
enclenque, necesitado de limosnear para sobrevivir. Pérdida de autoridad del
gobierno hasta límites insospechados con el agravante de la reincidencia
permanente, con el apego a las poltronas gubernamentales y a los sueldos del no
va más, que producen enormes y peligrosas “sangrías” en la maltratada economía,
difíciles de restañar. Perdida de los códigos de honor, de defensa de la
verdad, de la decencia por encima de todo y de todos. Apego extremo de la
sociedad y sus gobernantes a transitar por la corrupción con la mayor
normalidad. Incumplimiento de la deontología de gran número de profesionales y
otros síntomas, mayores y menores, difíciles de explicar. Con este cuadro
médico será casi imposible que abandone la UCI y pase a planta. De lo que no
tengo duda es de las nefastas secuelas que estos males pueden ocasionar al país
y a sus sufridos habitantes.
No
se trata de un enfermo imaginario, sino de un mórbido y bien diagnosticado
enfermo a punto de fenecer, de palmar, si no se ponen remedios a sus muchos
males.
Cabe preguntarse ante tal preciso diagnóstico clínico ¿Qué? ¿Quién o
quiénes, son los responsables de este trágico deterioro? Las respuestas a estas
preguntas hemos de darlas cada uno de nosotros con más o menos tino, acertadas
o no, con la ilusión utópica de una posible curación.
Volverá esta España a ser lo que deseamos gran número de españoles o
seguiremos sin valor para tirar la primera piedra.
La curación de la querida España está en nuestras manos, seremos, los
españoles, capaces de bien votar, de elegir en los sufragios a los mejores y de
ilusionar a un pueblo olvidado, ninguneado y no atendido.
¡Aquí queda esto! Lo por venir es pura y dura adivinanza.
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