martes, 20 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 Entrega 4. Escrito 19

LA GRAVE ENFERMEDAD DE ESPAÑA

      Desde hace unos pocos años, España padece una rara enfermedad, por la que se ve obligada a permanecer en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos)

     No se sabe si superará esta grave crisis o si quedará, para los restos, con una invalidez crónica de casi imposible curación.

     Sus síntomas son bien claros. Pérdida de peso en la UE hasta convertirse en un país enclenque, necesitado de limosnear para sobrevivir. Pérdida de autoridad del gobierno hasta límites insospechados con el agravante de la reincidencia permanente, con el apego a las poltronas gubernamentales y a los sueldos del no va más, que producen enormes y peligrosas “sangrías” en la maltratada economía, difíciles de restañar. Perdida de los códigos de honor, de defensa de la verdad, de la decencia por encima de todo y de todos. Apego extremo de la sociedad y sus gobernantes a transitar por la corrupción con la mayor normalidad. Incumplimiento de la deontología de gran número de profesionales y otros síntomas, mayores y menores, difíciles de explicar. Con este cuadro médico será casi imposible que abandone la UCI y pase a planta. De lo que no tengo duda es de las nefastas secuelas que estos males pueden ocasionar al país y a sus sufridos habitantes.

     No se trata de un enfermo imaginario, sino de un mórbido y bien diagnosticado enfermo a punto de fenecer, de palmar, si no se ponen remedios a sus muchos males.

     Cabe preguntarse ante tal preciso diagnóstico clínico ¿Qué? ¿Quién o quiénes, son los responsables de este trágico deterioro? Las respuestas a estas preguntas hemos de darlas cada uno de nosotros con más o menos tino, acertadas o no, con la ilusión utópica de una posible curación.

      Volverá esta España a ser lo que deseamos gran número de españoles o seguiremos sin valor para tirar la primera piedra.

      La curación de la querida España está en nuestras manos, seremos, los españoles, capaces de bien votar, de elegir en los sufragios a los mejores y de ilusionar a un pueblo olvidado, ninguneado y no atendido.

     ¡Aquí queda esto! Lo por venir es pura y dura adivinanza.



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