viernes, 2 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 

Entrega 3. Escrito 4

¡CUÁNDO EL RÍO SUENA…! 

     El refranero español está poblado de verdades como templos. Pocos habrá que no conozcan el de ¡Cuándo el río suena, agua lleva! Aunque ésta, vaya y venga bravía y turbia, aunque arribe rodeada de parabienes de cambios inquietantes.

    Luis María Ansón Oliart, político, periodista y escritor, académico de la RAE, director de ABC durante 14 años, fundador de “La Razón” y del diario digital “El Imparcial”, presidió la agencia EFE, conservador y defensor de la monarquía, nos “engallinó” la piel con uno de sus, casi siempre acertados, comentarios políticos sobre las intenciones del actual presidente del gobierno de España (palabra que al tal Pedro, no le agrada casi nada, que emplea muy  pocas veces y además, con bastante desgana y algo de desprecio)

     A raíz de ello, cabe preguntarse: ¿Cuáles son las intenciones de “Pedro el Grande”?  aspirante, sin dudas, a ser más grande y poderoso. La respuesta nos la da El Sr. Ansón en su breve, veraz y sustancioso escrito. Aspira, nada más y nada menos, a ser presidente de la tercera república española, por venir. ¡Tela marinera el caprichito del susodicho personaje!

     Miedo da pensarlo y auténtico pánico, si llegaran a materializarse los deseos del nuevo “caudillo” hispano. La falta de inteligencia y realismo, la suple con una supina, voraz y destructiva osadía. ¿Hasta dónde podrá llegar el futuro “insurrecto”?

     No hay prisas para tal maniobra. Sibilinamente ya se ha puesto a la tarea. Manda, como casi siempre, a dar la cara a sus adláteres, compañeros de viaje en el camino de mutar monarquía constitucional por una nueva república, me figuro, bastante “bananera”, teniendo en cuenta la talla y catadura de casi todos los camaradas que acompañan al antedicho sujeto. El ministro de justicia sr. Juan Carlos Campo ya dio, hace unos días, los primeros aldabonazos, avisos para caminantes, en la escalada para romper el consenso del 78, al animar al respetable a iniciar un debate constituyente, lo que supone, cargarse la Constitución actual y el cambio absoluto y total del Estado. ¿En qué nubes estás, Felipe VI? ¿A qué esperas para desenmascarar a los que planean desterrarte?

     No sé, ni nadie sabe, como va a terminar esta aventura desventurada. No sabemos los derroteros por dónde van los tiros, pero aventuro que nada bueno para los españoles, para España, puede o va a ocurrir, si no somos capaces, desde la legalidad actual, de contrarrestar estas peligrosas involuciones que nos pueden llevar a ser otra Venezuela.

     Luis María Ansón no es un cualquiera y, como muchos españoles, nos sentimos, como él, preocupados y atemorizados por lo que puede caernos encima, con estas peligrosas maniobras impulsadas por un sicópata sin escrúpulos, capaz de pactar con los diablos para mantener su inmerecido estatus de caudillo salvador y regenerador de la vida de los pacientes y sufridos españoles de bien.

     Atención, templanza y vigilancia ante las venideras actuaciones dirigidas a ningunearnos, a convertirnos en silentes súbditos y a robarnos, con descaro, la ansiada e irrenunciable libertad.

     Y si llegado, fuera el momento, dentro de la legalidad vigente, de cambiar lo cambiable, estaremos dispuesto a la aceptación de lo elegido por el pueblo soberano.



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