sábado, 19 de septiembre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 1, Escrito 14

APENAS, SIN DARNOS CUENTA

¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

 

Se acabaron las mortajas,

los ataúdes, los llantos,

enmudecieron las voces,

los rezos, los sacros cantos. 

Derramaron los cipreses,

en los viejos Campos Santos,

negras lágrimas de plomo,

sobre los blancos sudarios,

sobre los cuerpos sin vida,

de muchos pobres hermanos

que, sin querer, dormidos,

buscan solar de descanso.

Se acabaron las plegarias,

las rogativas, los salmos,

las sonoras despedidas,

los velatorios sagrados.

La aciaga realidad,

dama de sutil engaño,

jugó con clara ventaja,

frente al hombre descuidado,

reyezuelo, en mala hora,

perdido y desesperado,

escogido por la Parca,

en mes y año señalados. 

Dios de la Tierra y los Cielos,

di ¿Qué nos está pasando?

Grandes han de ser las culpas,

mayores nuestros pecados

para padecer castigo,

gigantesco descalabro,

que al mundo tienes contrito,

cabizbajo y acobardado,

perdido entre las miserias

del pobre género humano. 

Si hemos de buscar culpables

del fatal desaguisado,

mirad de frente, a los ojos,

a gerifaltes y mandos,

a aquellos que, por su bien,

al infierno nos llevaron,

con ropajes de inocentes

y alba alma de derrotado. 

Se acabaron las mortajas,

los ataúdes, los llantos,

enmudecieron las voces,

los rezos, los sacros cantos,

y nunca volverá a ser

como los tiempos de antaño. 

Y nacerán nuevos hombres

en paraísos soñados,

en utópicos balcones,

entre inútiles aplausos.

 


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