Martes, 23 de abril de 2019.
A 31 días…
“NI CHICHA NI
LIMONÁ”. A REPETIR, QUE ES INFINITIVO, NO DEFINITIVO.
El primer asalto,, en el modesto e
inservible opinar de este escribano que tuvo la santa paciencia de seguir, de
principio a final, el esperado, para algunos, debate televisivo de los cuatro
líderes políticos de esta España que, en muchos momentos, no nos gusta y en
otros, para que decir, no la cambiaríamos por ninguna otra nación, resultó
anodino, falto de garra, insípido, falto de calado y muy lejos de los
propósitos fijados de disipar la dudas de muchos votantes que teniendo claro a
quien no votar, les falta decidir en quien confiar, para darle su voto. En
resumen, la frase de “NI CHICHA, NI LIMONÁ”, podía condensar brevemente el tal
DEBATE, escenificado con sobrado orden y demasiado comedimiento. ¡Cuánto nos
queda por aprender en esto de los DEBATES!
De antemano sabíamos que todos los
protagonistas de la noche serían ganadores. Lo mismo que conocíamos el percal a
vender de los periodistas, comentaristas ilustrados, especialistas políticos,
subjetivos transmisores de sus convicciones o de la convicciones de sus amos,
voceros interesados en apoyar y defender su ideas, poder incuestionable en los
modernos tiempos que, sin disimular mucho, inclinaron la balanza del éxito
hacía sus pupilos o mantenedores.
En esta línea de “pardillo” instruido analista
e ignorante observador político, después de “sufrir” el DEBATE, me inclino por
Ribera como el que con más habilidad se llevó el gato al agua, con mayores argucias
y mejores argumentos. Casado estuvo en el papel de pretendido Presidente.
Iglesias, fuera de lugar, recurriendo en demasía a una Constitución que hace
tan solo un rato, pretendía arrojar a la basura. Y Sánchez, con su talante de
siempre, con el no por delante y con la poca clase de enviar, en la despedida,
a uno de sus lacayos, Ábalo, para dar la cara por él. ¡Pobre uno y pobre el
otro!
Queda el encuentro de vuelta. La “ida” ni
trajo cola, ni resolvió nada. Las DUDAS y los dudosos esperan estoicos la segunda
parte de hoy 23 de abril, con la esperanza dudosa de recibir el maná
iluminativo que solucione sus problemas de “absentismo votacional”. Tomárselo a
broma o chanza, puede ser la penúltima salida, pero es mucho e importante lo
que nos jugamos el 28. O salimos del negro túnel donde nos llevarían unos o nos
hundimos en la ciénaga populista de otros y, en medio, la posibilidad de
recuperar el optimismo y la fe en la política y en los políticos.
Mañana será otro día y los cascabeles ya
están preparados para ponérselos al “GATO” que le corresponda, como triunfador,
si lo hubiere. Mañana será otro día y nos levantaremos con los mismos
problemas, con los repetidos quehaceres cotidianos, con las mismas quejas y con…
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