Va por E. ANTONIO de NEBRIJA

Miércoles, 6 de marzo de 2019.

Décimo Cumplemés de Ángel.

A 81 día…

NAVEGANTES Y NECIOS 

Cuando Antonio Martínez de Cala, más conocido como Antonio de Nebrija, terminaba su Gramática Castellana y publicaba el primer Diccionario en lengua vulgar, no podía imaginar la vitalidad de las muchas palabras contenidas en él. Cuando el enigmático Colón pisaba tierras americanas, el ilustre lebrijano, ni soñar podía en la evolución y crecimiento de muchos de los vocablos recogidos por él en su importante diccionario.

Una de estas palabras, elegida con premeditación, rebosa vitalidad. Vivísima e imparable en su crecimiento y protagonista en el monólogo de hoy. Ésta palabra es NAVEGAR.

En sus orígenes, NAVEGAR era viajar por el agua con una embarcación o nave. Con el paso del tiempo, amplió su significado, y NAVEGAR era también viajar por el aire, en globo, en avión, y en previsión de inventos futuros, en cualquier otro vehículo.

En su desmedido afán de crecimiento, la palabra NAVEGAR, no conforme con los significados anteriores, volvió a crecer. Y NAVEGAR es también transitar y trajinar de un lugar a otro. Y últimamente, en su carrera bulímica de engorde, NAVEGAR aceptó el significado de, moverse dentro de las estructuras de almacenamiento de información de los sistemas informáticos y redes de comunicación. No dudo que, en un futuro no muy lejano, esta universal palabra quiera seguir jugando a crecer y a aumentar su carga de significados.

NAVEGAR me atrajo siempre. No sólo por sus connotaciones marinas o por mi origen cercano al mar, sino por su carácter actual y universal; ya que, sin temor a equivocarme y teniendo en cuenta todos sus significados, los humanos hemos navegado alguna vez, lo hacemos ahora y lo seguiremos haciendo en el futuro. Navegante es el que NAVEGA y nadie se salva de navegar. Somos navegantes del mar, navegantes en la tierra o en el aire; estamos en un continuo tránsito y trajín, y modernamente navegamos con comodidad por los sistemas informáticos, en especial por Internet.

En pro de la inquieta actualidad podríamos trocar los versos de Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar.”, por, estos otros:” Navegante no hay destino, se hace destino al NAVEGAR.”

En nuestro diario NAVEGAR, en nuestro papel de novel o experto navegante, cuidemos actos y comportamientos, para evitar desgraciados e irreparables naufragios. En nuestro oficio de navegante, utilicemos siempre la prudencia para alejarnos de la necedad y, sobre todo, de los NECIOS. Plaga muy extendida en los tiempos actuales.

Define el Diccionario al NECIO como ignorante, que no sabe lo que podía o debía saber. Colocando en el mismo plano a los imprudentes, los tercos y los porfiados. Por desgracia, son muchos los abanderados y seguidores de la necedad y, con absoluta certeza, los NECIOS de hoy son más NECIOS que los antaño.

Recurro, como otras veces, a célebres citas para ilustrar afirmaciones vertidas, sin ánimo de ofender o molestar, y con la única intención de reflexionar en voz alta sobre cosas y casos: “Dios, de vez en cuando y a propósito, se equivoca. A todo en la vida le puso límite, menos a la tontería humana”. “Si Dios le puso límite a la inteligencia humana, parece injusto que no le señalase limite a la estupidez humana”. “Los NECIOS siempre encuentran otros NECIOS mayores, que los admiran”. “Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante mucho tiempo: la ciencia, la riqueza, la pobreza y la estupidez.”

“Pensamientos tontos, tenemos todos los humanos, los sabios se los callan”. “Son NECIOS todos los que lo parecen, más la mitad de los que no lo parecen”.

Desde hace algún tiempo, me he convertido en navegante furtivo, utilizando la palabra como vehículo, y trajino en la actualidad de aquí y de allá. Hoy, sin poderlo evitar, navego desorientado y aturdido. No acabo de acostumbrarme a las necedades de los políticos hispanos (hombres o mujeres) Hoy, sin quererlo, me siento un NECIO, al creer que lo malo, la sinrazón, la barbarie, la violencia y la hueca palabrería van a desaparecer y que, la esperanza se despojará por voluntad propia de su carácter utópico, llenándose plenamente de VERDAD  VERDADERA y de VIDA VIVA.