Jueves, 7 de marzo de 2019.
A 80 días…
LA RISA DE LOS ÁNGELES
Sobrepasado algunos centenares de monólogos,
sin desprenderme del escogido disfraz de aprendiz de juglar del Alcor visueño y
traicionado, como humano, por la falsa modestia, por el nocivo engreimiento y
por la infantil creencia de considerarme como la autorizada conciencia o el
Pepito Grillo de los moradores de este entrañable rincón andaluz y, a la par,
el ombligo espiritual de los Alcores, me veo en la sana obligación de hacer un
alto en el camino para echar una miradita atrás y realizar una necesaria
autocrítica.
En mi caminar por estos parajes literarios,
no fue mi intención, ni lo será nunca, contaminar con mis palabras el aire de
este ya, pueblo mío y de los míos, ni emborronar su buen ambiente, ni herir o
dañar a ninguno de sus habitantes. Pero, a veces, la inconciencia y la peligrosa
ironía, aliadas con la atrevida ignorancia, con los malos entendidos y
aderezada con algunos gránulos de perversas intenciones, pueden convertir unas
inocentes e impersonales palabras no dirigidas a nadie en particular y sí a un
despersonalizado género humano, del que ni yo ni nadie puede evadirse, en un
intencionado ejercicio de señalar, de hacer daño y de atentar contra la
deseada, sagrada, defendida y necesaria convivencia de todos los vecinos de una
pequeña comunidad como la visueña.
Por ello, hoy es obligado de mi parte, hacer
un doble ejercicio de responsabilidad. Por un lado, pedir disculpas si hice
daño a alguien, y segundo, escoger con acierto para el monólogo de hoy un tema
alejado de la posible polémica, intranscendente, que huya de la seriedad, que
se aparte de lo solemne y que contribuya al divertimento de los lectores y a
normalizar las existentes buenas relaciones vecinales en este escogido predio.
Empeñado en la segunda tarea, la de buscar
especial tema del día, una repetida, sonora, sincera, espontánea y agradable
risa de un pequeño y muy querido nieto, Ángel, actuó como oportuno aldabonazo,
regalándome tema y argumento para este breve monólogo. No podía ser otro que LA
RISA. Y de ello me dispongo a hablar.
Hurgué, como de costumbre, en las entrañas de
mi amigo el Diccionario para mejor escribir y contarle de ella y, como todos
sabemos, por habitual práctica, RISA es la acción de reír, de manifestar
alegría y regocijo.
En el amplio catálogo de la RISA encontramos
apreciadas y despreciables formas de reír:
Hay RISAS FRANCAS, FALSAS, DE CONEJO,
SARDÓNICAS, IRÓNICAS y un largo etcétera. Junto a ellas, una bonita retahíla de
gratas locuciones practicadas con acierto por muchos afortunados humanos, no
tantos como quisiéramos. Sirvan de ejemplo: CAERSE DE RISA; DESTERNILLARSE y no
destornillarse DE RISA; MEARSE DE RISA, ocasionalmente con orina verdadera
incluida en el acto; REVENTAR DE RISA y no olvidemos la más grandiosa de todas
ellas, la de MORIRSE DE RISA, desgraciadamente la única muerte deseada,
celebrada, incruenta y querida y, además, con resucitación inmediata, incluida.
En este intrascendente y placentero recorrido
por los vericuetos de la conocida RISA no debemos olvidar, por su carácter
burlesco y de manifiesta incredulidad, la expresión TOMAR A RISA algo o a
alguien. Dañina forma de desprecio practicada por muchos graciosos humanos,
carentes, casi siempre, de la bendita gracia. Tampoco es bueno olvidar que, la
RISA es un fenómeno esencialmente humano, que procede de la inteligencia pura y
que, aunque no lo parezca, esta desprovista de emoción. Por ello los hombres
inteligentes, ríen con frecuencia y nos han dejado, a lo largo y ancho de sus
provechosas vidas, ejemplos y gratificantes frases sobre la RISA, pregonera
insustituible de la sana y bendita alegría.
Sirvan las siguientes frases para reflexionar
sobre ella y para animarnos a practicar sin indolencia la bienhechora RISA:
Apresurémosno ya, desde ahora, desde este ya,
a alegrar el corazón de nuestros familiares, amigos y el nuestro propio, en el
breve recorrido de la vida:
Tranquilizar el ánimo y REÍR, antes de comer
y de dormir, prolonga la vida.
Una gota de alegría, de RISA, vale por litros
de tristeza.
Es bueno REÍR de casi todo para evitar llorar
de casi nada.
El más inútil y tonto de todos los días
vivido es aquel en el que no nos hemos REÍDO.
Una falsa alegría es siempre preferible a una
verdadera tristeza.
REÍRSE de todo es cosa de tontos, pero no
REÍRSE de nada lo es de estúpidos.
El hombre sufría tanto en el mundo que se vio
obligado a inventar la RISA.
El placer y el dolor están tan cercanos que
muchas veces lloramos de alegría.
RÍE y el mundo REIRÁ contigo, llora y
llorarás solo.
Termino con este corto rosario sobre la RISA,
luz y reflejo de la necesaria alegría, e invito a todos a REÍR siempre con ganas, con sinceridad y
sin afectación, a estar siempre presto y dispuesto a realizar ejercicios
gimnásticos de la bienhechora y sana Risa y, si algún lector, extravió o perdió
su RISA que contrate al más experto de los detectives para encontrarla y si,
por desgracia, olvidó la manera de REÍR que visite, cuanto antes, al mejor de los galenos para ser curado de su
nocivo aburrimiento.
A pesar de las próximas elecciones y de las
muchas contradicciones y barbaries de los humanos, LA VIDA SIGUE SIENDO BELLA y
terreno propicio para practicar LA RISA Y LA ALEGRÍA.
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