jueves, 14 de marzo de 2019

A TOMAR AIRE FRESCO


Jueves, 14 de marzo de 2019.

A 66 días…

AIRE

   Definen los diccionarios el vocablo AIRE, como la mezcla gaseosa que forma la Atmósfera de la Tierra. Elemento imprescindible para la supervivencia de la mayoría de los seres vivos.

 Aburrido sería, por conocido y necesario, hablar sólo de este significado de la rica y divertida palabra AIRE. Ella es polisémica como la que más. Pequeña en su composición y gigantesca en su contenido y utilización.

     Como sabemos, cuando el aire se mueve ocasiona el VIENTO, y los seres humanos contagiados por sus movimientos: Nos bebemos los vientos por alguien; nos arriesgamos a que nos despidan con viento fresco; en las dificultades, luchamos contra viento y marea; emparejamos las desgracias con el correr de malos vientos, y los éxitos, con el viento en popa; y cuando la memoria juega al olvido, recurrimos a lo que se llevó el viento. Vientos nos atemorizan y sobrecogen; otros, nos molestan y aturden; algunos, nos refrescan y nos invitan al disfrute de la naturaleza al aire libre.

      Encontramos AIRE como parecido entre personas. Con frecuencia empleamos las expresiones: ”Se da cierto aire a...” o “Tiene aire de...”. Y llevado al extremo de la guasa, tan nuestra, ampliamos el anterior parecido a los animales, y se oye eso de: ”Tiene aire de gato, perro, mono, pato, etc.”

     Encontramos AIRE como sinónimo de vanidad y engreimiento. Los ejemplares humanos adornados de tales aires resultan tristes y aburridos. Los aires de grandeza o los aires de superioridad, no son más que ejemplos del muestrario de los catálogos humanos de la estupidez. La sociedad actual, bastante materialista, motorizada y con millones de móviles, es la mejor escuela de formación y promoción de legiones de airosos, vanidosos y engreídos.

        Encontramos Aire como la manera de caminar de los solípedos y los paquidermos y, como garbo, brío y desenvoltura en las acciones humanas.  Oímos con frecuencia que del cochino nos gustan hasta sus andares. Y nadie puede negar que, los aires femeninos, en sus andares y movimientos, son invitaciones al bien dicho y oportuno piropo masculino.

     Encontramos AIRE como ataque de parálisis. Todos hemos oído: “Le dio un aire”. Y por desgracia conocemos sus funestas consecuencias físicas y psíquicas.

    Encontramos, desconocido totalmente, con el nombre de AIRE un mamífero insectívoro de Cuba. Pequeño, de hocico puntiagudo y de pelaje negro y amarillo.

    En música, AIRE es una canción y el grado de rapidez o lentitud en la ejecución de una pieza musical. Hoy están de moda los aires caribeños, los aires de los sesenta, de los setenta delos… y, por qué no citarlos, los aires de la copla española.

     Disfrutamos de los AIRES acondicionados para controlar temperatura y humedad. Disponemos de AIRE líquido para uso industrial como explosivos y anestesiantes. Y Entre tanto hormigón armado buscamos el aire libre. La inseguridad nos hace descubrir que hay muchas cosas que están en el AIRE.

      Y para terminar, un resumen de rabiosa y dolorosa actualidad con AIRES DE ESPERANZA: Que los vientos de muerte se muden en vientos de paz y de vida. Que los violentos se marchen para siempre con viento fresco. Que los malos vientos de la sinrazón y la barbarie nos abandonen. Que todo y para todos marche viento en popa. Que los hombres tengamos aire de hombres. Que los engreídos, vanidosos, aireados de grandeza y superioridad descubran la humildad. Que a los juegan con bombas les dé un aire perpetuo de respeto hacia la vida de todos los demás. Que suenen por doquier aires de vida y que todos podamos disfrutar del aire libre y puro sin limitaciones, ni crecidas contaminaciones y, por último, que podamos solucionar, entre todos,  las muchas cosas que siguen ESTANDO EN EL AIRE.

     Y sin más, desconcertado por tanta inútil e innecesaria palabrería, me voy, un buen rato, a tomar...

                    AIRE FRESCO.

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