miércoles, 13 de marzo de 2019

ANÓNIMOS Y MASAS

Miércoles, 13 de marzo de 2019.
A 67 días…

ANÓNIMOS Y MASA


     Hoy, trueco mi papel de escribano por el de oficiante y me voy a permitir celebrar un matrimonio, con cierta dosis de jocosidad y no disimulada ironía, entre D. Anónimo y Dª. Masa. Actuarán como padrinos, por parte de D. Anónimo, un señor desconocido como él, y por parte de Dª. Masa, una bestia cualquiera. Serán testigos en esta celebración los lectores que a cualquier hora del día, tengan tiempo y ganas de enredarse en la lectura de esta intrascendente crónica.

     Los dos términos, Anónimo y Masa, tienen rasgos comunes. Ambos son desconocidos, carecen de nombre y apellidos, son gentes y son, nos guste o no, integrantes del pueblo que llamamos llano. Sin embargo, Anónimo y Masa, en comportamiento se sitúan en los extremos de todo. Anónimo es ejemplo de modestia y humildad; Masa, lo es de la notoriedad, del mal gusto y, en ocasiones, de la bestialidad. Anónimo siempre estuvo merodeando entre las artes. Parientes suyos escribieron magníficos libros de todos los géneros, esculpieron y tallaron extraordinarias imágenes y construyeron y ornamentaron preciosos edificios resistentes al tiempo y al olvido.

     Otros muchos Anónimos se movieron callada y santamente en el camino poco corriente de las buenas obras. Escogieron la aventura de las misiones, la enseñanza de los condenados a la ignorancia, la alimentación de los desposeídos, la curación de los incurables y una larga senda de meritorias acciones elevadoras de la condición humana.

    Otros Anónimos más cercanos a nosotros (El Viso también tiene sus Anónimos), trabajan en la sombra para hacernos más felices a los habitantes de este lugar de los Alcores.  En orden cronológico los iré nombrando, con el riesgo, no intencionado, de olvidarme de algunos. A primero de año, la Cabalgata de Reyes Magos nos da a conocer el fruto del trabajo desinteresado de un grupo reducido de Anónimos visueños a los que, por suerte, conozco bastante bien. Con los aromas y colores primaverales y en una sorprendente continuidad de tristeza y alegría, legiones de Anónimos de El Viso se esfuerzan por engrandecer nuestras Fiestas Mayores. Caras ocultas, heridas de costaleros, montar y desmontar, son algunas de las repetidas historias anuales de muchos de estos Anónimos. En el comienzo del curso, otros Anónimos visueños nos enseñan y nos invitan a ser romeros de importante Romería. Y cuando las campanas despiden al viejo año, otros Anónimos nos lanzan la propuesta de disfrazarnos y hacernos, con ellos, socios del divertido club del Anonimato.

    Y durante todo el año, sabemos que hay incansables Anónimos, nunca bien pagados, que cuidan enfermos, que ayudan a los necesitados, que comparten lo mucho y lo poco y que son solidarios. En resumen, que, en el silencio de su elegido anonimato, saben ser buena gente.

     Y como hay de todo en la viña del Señor, también entre los Anónimos hay ejemplares de cobardes asesinos, degenerados, malas gentes que, escudados en su condición anónima, cometen los más horrendos crímenes. A otros les corresponde sacarlos de su anonimato, poniéndoles nombres y apellidos, y otros deberán ajustarles sus malas cuentas.

    Dejamos a los Anónimos, ahora nos toca hablar de Dª. Masa. Define nuestro real diccionario a ésta como: “Agrupación numerosa e indiferenciada de personas”. La Masa, o las Masas, merodean casi siempre en los espectáculos. Rivalizando por demostrar su acérrimo borreguismo, su ausencia de personalidad diferenciadora, su mal gusto, su poca gracia y su negativo infantilismo. La Masa crea y destruye, a capricho, a sus propios ídolos, reparte histerismo a mansalva, tararea desentonados cánticos, regala toneladas de violencia y promueve, fomenta y defiende peligrosos fanatismos.

     La Masa, creada y manipulada por el poderoso y arengada por su creador, es capaz de cometer las mayores y más crueles atrocidades. Muchas veces elogiamos las actuaciones inteligentes de algunas bestias y, otras, nos aturdimos con las bestialidades cometidas por los considerados seres inteligentes convertidos y amparados en la Masa.

     Al final, con toda seguridad, el matrimonio entre D. Anónimo y Dª. Masa terminará en divorcio. Los humildes seguirán al primero en su secreto y callado hacer.  El resto de los mortales, a nuestro pesar y esfuerzo, seremos arrastrados por el río revuelto de unas u otras Masas.

     Si conocéis a alguien que no sea Masa, pedirle ayuda, para vosotros y para este modesto escribano, aspirante a cronista.  ¡Gracias!

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