Después de un ligera escapadita a una Casa Rural, entre olivos, que se conoce con el nombre de Casa Blanca, Bibiya, a unos 30 kilómetros de la capital de Sevilla y en las cercanías de Pilas, en una magnífica casita, llena de encantos, pero con una camino de nos llevó a ella, de verdadera pena y más aún cuando nos llegó el agua, que bendita siempre sea, hemos encontrado un refugio de paz, sin ordenador para poder entrar en el blog y tomándonos un pequeño descanso en nuestra tarea cotidiana. Ya estamos en casa y dispuesto a asomarnos a nuestros ventanales de nuevo, con más lluvia todavía.
38 .- ALLÍ GUARDO YO MIS VERSOS
En un fresco rinconcito,
de mi longevo cerebro,
tengo yo una vieja arquita,
donde guardo yo mis versos,
que yo saco poco a poco,
para componer con ellos,
cancioncillas de colores,
poemas y alegres cuentos.
Cuando la noche se duerme
y se encienden los luceros,
cuando la luna se asoma
para descubrir los sueños
de los niños, de las aves,
de los gatos, de los perros,
y de todos los bichitos
que se mueven por el suelo,
saco yo mi vieja pluma,
la del viejo palillero,
y mis tintas de colores,
y mis papelitos nuevos,
y, sin perder un instante,
¡qué el tiempo vale dinero!
yo me pongo a dibujar,
muchos y muchos versos,
para vosotros, mis nietos,
los dueños de todos ellos.
El Viso del Alcor, 12 de Octubre de 2024
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