26 .- A MI PRIMERA NIETA, MARTINA ( II )
Tus días, vuelan que vuelan,
mis versos, ya tienen dueño
unos preciosos ojitos,
tus ventanitas del cielo.
Tus risas, saben a dulce,
a bombón, a caramelo,
por culpa de tu boquita,
fontana de tiernos besos.
a bombón, a caramelo,
por culpa de tu boquita,
fontana de tiernos besos.
Tus manos, juegan que juegan,
buscando tesoros nuevos,
para guardarlos juntitos,
en tus arquitas de sueños.
No me mires tú, Martina,
con tus ojitos despiertos,
que quisiera, sin poder,
detener al fugaz tiempo,
para guardar tu miradas,
en un álbum de recuerdos,
para poder revivirlas,
en los oscuros momentos,
en que tú, Martina mía,
estés lejos del abuelo.
Cuando los días te den
saber para leer versos,
léeme, Martina amada,
despacito y en silencio,
y así, podrás entender,
lo mucho que yo, tu abuelo,
te quiere y más te querrá,
en los tiempos de los tiempos.
buscando tesoros nuevos,
para guardarlos juntitos,
en tus arquitas de sueños.
con tus ojitos despiertos,
que quisiera, sin poder,
detener al fugaz tiempo,
para guardar tu miradas,
en un álbum de recuerdos,
para poder revivirlas,
en los oscuros momentos,
en que tú, Martina mía,
estés lejos del abuelo.
saber para leer versos,
léeme, Martina amada,
despacito y en silencio,
y así, podrás entender,
lo mucho que yo, tu abuelo,
te quiere y más te querrá,
en los tiempos de los tiempos.
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