246 .- LA NIEBLA
Contemplando vieja mar,
se nublaron mis sentidos,
las luces de mi saber,
sufrieron craso vahído
y mi razón, engañada,
buscó cobijo y abrigo,
a la sombra de sus miedos,
en templo desconocido,
abarrotado de sueños,
y de cosas sin sentido.
En el tiempo que viví,
en la niebla, sumergido,
contemplé mil maravillas,
mil insólitos caprichos,
la magia que vive oculta
en los corales marinos,
en los fondos de los mares,
en los islotes perdidos,
en las cálidas corrientes,
en submarinos castillos.
El tiempo que me bebí,
me supo a néctar bendito,
cada trago, cada sorbo,
embriagaban mis sentidos,
enajenaban mi mente,
me acercaban a aquel niño,
que nació junto a la mar,
que soñó con ser marino,
que se perdió en un poema,
que nunca soñó ser escrito.
se nublaron mis sentidos,
las luces de mi saber,
sufrieron craso vahído
y mi razón, engañada,
buscó cobijo y abrigo,
a la sombra de sus miedos,
en templo desconocido,
abarrotado de sueños,
y de cosas sin sentido.
en la niebla, sumergido,
contemplé mil maravillas,
mil insólitos caprichos,
la magia que vive oculta
en los corales marinos,
en los fondos de los mares,
en los islotes perdidos,
en las cálidas corrientes,
en submarinos castillos.
me supo a néctar bendito,
cada trago, cada sorbo,
embriagaban mis sentidos,
enajenaban mi mente,
me acercaban a aquel niño,
que nació junto a la mar,
que soñó con ser marino,
que se perdió en un poema,
que nunca soñó ser escrito.
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