viernes, 28 de junio de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992


MARTES, DÍA 1 DE SEPTIEMBRE 

COINCIDENCIAS

                    La vida está llena de coincidencias que rayan en ocasiones con lo natural, o quizás la existencia de estas mismas pueda considerarse como algo natural. 
                    Al hablar de ellas no lo hago por su importancia, pues se trató de un encuentro totalmente intrascendente; sino por el hecho en sí.
                    Fui con nuestro hijo mayor, José Ángel a gestionar unos aparatos de mediciones diversas, de los cuales hablaré otro día, al Estudio de un arquitecto conocido de Sevilla. Antes lo había recogido de la Academia donde se prepara para las Matemáticas y la Física. Gestionada a medias la solución de su problema, le volví a llevar a la Academia; mientras yo me dirigía a la Delegación de Educación para resolver otros asuntos del Colegio.
                    Volví a recogerlo definitivamente para regresar a El Viso y tomo la decisión sobre la marcha, de pasarnos por el Hospital Maternal para ver si llegamos a tiempo de que Adela, que trabaja en él, se veine con nosotros. Encontrarla allí no es tarea fácil; así que decido ir a recepción para ver en que planta trabaja hoy, ya que no es fijo su destino diario, Una vez dentro del mismo oigo una voz que nos dice "¡Eh!" y es Adela que viene por el pasillo donde nos encontrábamos.
                    ¡Menuda coincidencia! ¿Verdad?
                    No tuve que preguntar nada a nadie, ni ella estaba por allí habitualmente; y si eligió este camino fue porque expresamente se dirigía a ver a una familia del pueblo, que esperaban a que una hija diera a luz
                    Y otra historia fue, que a la salida llegué a tiempo justamente de evitar de que me pusieran una multa; ya que el agente se la estaba poniendo al propietario del coche que estaba delante del nuestro.
                    ¡Otra coincidencia!, y además de las agradables.


 

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