214 .- EL JOVEN MAESTRO Y EL POBRE RATÓN
CAPÍTULO SEXTO
Siguen pasando las tardes
y la confianza se aumenta
por las partes de ambos dos,
del que mejor se alimenta
desde que el maestro llegó,
y del docente que encuentra
en un simple ratoncillo
algo que le divirtiera.
Y entre el instinto del bicho
y el conocer del que piensa,
poco a poco aquel humano
a su terreno le lleva.
Cada jornada que pasa
su reclamo se lo acerca,
tras varios días, en su mesa,
para acabar en las manos
con sus palmas bien abiertas,
que con suavidad lo sujeta,
ganando con esta acción
la confianza más perfecta.
En la mitad de aquel curso
la amistad es verdadera,
manteniendo su secreto
con complicidad muy buena
Llegando el tercer trimestre
se entienden de tal manera,
que más que buscar el queso
el ratón todo lo enreda,
se mete entre los papeles,
dentro anda de su carpeta,
incluso en algunos bolsillos
se volvió muy descarado,
no escuchando ya sus quejas,
ni siquiera le dan miedo
los golpes sobre la mesa,
que simulando su enfado
dan con su larga regleta;
pasea alegre pos sus hombros,
haciéndole morisquetas
y mueve sus dientecillos
como risa verdadera.
El maestro lo pasa bien,
sus trastadas las celebra,
y aunque parezca enfadado
nunca jamás le molestan.
no es una cosa cualquiera,
mucho disfruta con él,
aunque nadie se lo crea;
así que mejor callar
y que ninguno lo sepa,
preferible es no pasar
por persona que no es cuerda.
El Viso del Alcor, 22 de Junio de 2024
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