lunes, 1 de mayo de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Martes, día 22 de agosto

                    LA SOLEDAD EN COMPAÑÍA

              En estos días me estoy encontrando como único varón entre damas; lo que me hubiera hecho feliz en mis años mozos por aquello de la vanidad masculina, hoy me produce una sensación completamente distinta, hasta tal punto que a pesar de la compañía, refugiándome en la lectura, me encuentro más solo que el mismísimo Crusoe. 

         Y es que no hay cosa más aburrida que verse envuelto o rodeado, aunque uno casi dormite bajo el sopor del levante playero en una mañana casi nublada donde el horizonte entre brumas parece confundirse con el gris del cielo, por una conversación entre mujeres, con esa facilidad suya que tienen de hablar más de una y todas a la vez, de varios temas al mismo tiempo y enterarse de lo quieren enterarse y sin apenas preocuparse de lo que dicen, porque esto ya lo saben. 

       Por supuesto, que nunca o casi nunca, sus asuntos son importantes para los que oyen; sí y mucho, para ellas, y pobrecitos los que se convierten en su centro de atención, sin importar el sexo, y peor aún si hablan en confianza y ha coincidencia de pareceres. 

           Cuando te vas durmiendo, sus voces parecen el del “abejorro” humano que en el calor rompe el silencio de la playa; sobre todo, si no hay alguna que con su grito  o risita, que suele ser contagiosa y malévola, acaban con la soledad ansiada. 

           Sin desmerecer la cantidad de estupideces que se dicen en tan escaso tiempo; aunque me figuro igualmente que podrán ser las mismas que se manifiestan, tanto en número como en calidad, cuando los sapientes varones, en la jornada “lunera”, de lunes, discuten sobre las excelencias del deporte rey, el de darles patadas a un balón.

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