Viernes, día 7 de abril
EL
FRANCÉS SE LLAMA FRANK LE GAL
Tardaron en llegar dos o tres horas más
de la anunciada y hasta que no nos asignaron el correspondiente alumno teníamos la incertidumbre de que qué
tal sería, por lo menos en su aspecto. La profesora francesa que venía a cargo
de la expedición y que estaba a mi lado en el estrado, ya que me comprometieron
a subir a él, me comentó en un español correctísimo que era un buen chico y
bastante simpático.
El anterior que vino también se llamaba
Frank, aunque este nos parece algo más callado que el de Angers. Los de ahora
vienen de Questemberg y sus alrededores, localidad hermanada con Alcalá de
Guadaira, donde se realiza el intercambio. Tan sólo nosotros estamos fuera de
dicha localidad y es a través de la profesora de francés del Instituto,
compañera de su homónima en Alcalá, para cubrir 4 ó 5 vacantes que faltaban y
que luego no fueron necesarias.
Salvo algunas excepciones el
emparejamiento fue bien realizado y todo el mundo salió contento o así lo
pareció.
Sería bueno promover algo de este tipo
a nivel Viso, creo que la experiencia vale la pena y es un modo eficaz de
familiarizarse con otra lengua, con otras costumbres y maneras de vivir y de
que nuestros hijos se hagan más abiertos y comiencen a ver las cosas desde
otras perspectivas, más de acorde con la Europa que les ha tocado vivir.
Questenberg
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