miércoles, 16 de marzo de 2022

NUESTROS DIBUJOS

                             Érase una vez, que en el nuestro país, el de toros y panderetas, que existió una "rubia" llamada peseta, hermana mayor del real, que era un cuartillo de ella, y de la perra "barbúa" como aplastada y negra, que no pasaba de los diez céntimos antes de la guerra, así como la perra chica, que también servicial era.
                            También era conocida como una "pela". Recuerdan los viejos del lugar, que como los catalanes afirman, que la pela es la pela, que su valor por aquellos entonces ninguno de ellos lo niega.
Recordamos también que en nuestra niñez el que contaba con una sola moneda de ellas, solamente una, a su pequeño poseedor, poderío le diera, porque para la gente menuda, tenerla, hasta le otorgaba sin exagerar aires de riqueza.
                            Valgan algunos ejemplos para demostrar que estas afirmaciones eran bien ciertas. Con una sola peseta podías ir al cine y disfrutar de una jornada vespertina completa, incluyendo los anuncios, el NODO, los tráilers de las próximas películas, los cortos de dibujos animados y a veces dos películas, cuando era jornada doble; con una sola peseta podías adquirir un montón de golosinas y hasta permitirte el invitar a los amigos íntimos; con una sola pela podíamos comprar alguno de nuestros tebeos favoritos y como aparece en el dibujo de hoy, aquel viejete podía gozar de un par de tintos peleones y colmados en su taberna habitual.

    
                                                                  (boceto a lápiz)


                                                                   (dibujo a plumilla)





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