miércoles, 6 de enero de 2021

VOLVIENDO A LA NIÑEZ, CON LÁPICES DE COLORES

 

Entrega nº 5

         “Ya va siendo hora de que los peques nos vayamos a la cama, ¡Hale!”

         Los que ya tenemos más que algunos añitos, seguro que no nos hemos olvidado de esta frase.

         Eran las ocho de la tarde justamente cuando los componentes de la familia Telerín, Cloe, Teté, Maripí. Pelusín, Colitas y Cuquín, invitaban, apareciendo en las pequeñas pantallas de la televisión española, la mejor de nuestro país, porque sólo existía una, para que la gente menuda, dejara de verla y se preparara para dormir.

         ¡Cualquiera tiene ahora el atrevimiento de lanzar a algún peque este mensaje en la actualidad!

         Y desfilando con un gracejo maravilloso, no exento de marcialidad, otorgado por los famosos dibujantes que el dieron vida, que no eran otros que los hermanos Moro, José Luis y Santiago, terminando cantando aquello de “Vamos a la cama, que hay que descansar” y con un Cuquín que se salía de la pantalla y que hábilmente era atrapado por su hermana mayor, Cloe.

         Pronto se hizo famosa esta prole en nuestros hogares; bueno, sobre todo en aquellos que contaban con televisión, que no eran todos.

         Como señalé anteriormente habían creado a estas ricuras de niños los hermanos Moro, que pronto se convertirían en una pareja destacada en el mundo de la animación del cine y de la televisión; así como de la publicidad, trabajando principalmente en Madrid, Barcelona, Lisboa y en la cuna de esta actividad, en los EE.UU. Consiguiendo a lo largo de su vida tres Palmas de Oro en Canne, dos Platas en Venecia y más de un centenar de premios internacionales.

         Los que ya andamos con muchas primaveras a nuestras espaldas y además de estar a gusto en este mundillo, disfrutamos con muchos spots publicitarios, como el del Cola-Cao, el de la quina de San Clemente, que con la de Santa Catalina, cuando éramos unos chavales nos daban con un huevo, yema y clara, sumergidas en ella, en el mismo vaso, diciéndonos que era para que creciéramos fuertes y que a veces nos costaba la propia vida tragarnos de un tirón la yema sobre todo; o el del zapateado de las botellas de Tío Pepe y aquel que decía “El lobo, qué buen turrón” o el de “Pezqueñines. No, gracias”.

         Otro de los grandes éxitos de José Luis Moro fue el de la creación de la calabaza más televisiva del mundo, con multitud de reproducciones, la conocida como “RUPERTA” y una de las protagonistas de aquel concurso que no nos perdíamos ni niños ni mayores, del “Un, dos, tres…”, a la que ponía voz el insigne y también creador Narciso Ibáñez Serrador.

         Igualmente se atrevieron, con el mismo éxito, con la producción de programas de variedades, con las cabeceras animadas de dos películas de Marisol, con la producción de otras protagonizadas por los Bravos; así como la serie animada de Cantinflas y hasta algún que otro largometraje.

         Todo ello los llevó a convertirse, sin dudas, en una pareja inimitable, principalmente en el mundo de los dibujos animados.  



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