domingo, 3 de enero de 2021

VOLVIENDO A LA NIÑEZ, CON LÁPICES DE COLORES



Entrada nº 3

           Tres años más tarde de la aparición de los simpáticos enanitos y de la encantadora Blancanieves vería la luz PINOCHO, al que seguiría otro gran éxito, el de FANTASÍA.

Durante los años 40 y 41 la suerte e sigue acompañando respectivamente con DUMBO Y BAMBI.

Fue en la siguiente década, tras superar momentos difíciles cuando recibió un crédito del Director del FBI, J. Edgar Hoover, de un millón de dólares sin intereses que le permitieron realizar obras inmortales como LA CENICIENTA (1950), ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS (1951), PETER PAN (1953) y 20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO.

Encontrándonos en la realidad con otro de sus grandes sueños, el Disneylandia, parque de atracciones construido en California, para que sus empleados, en principio, y sus respetivas familias pudieran divertirse en sus ratos libres y que terminaría abriéndose a todo el público, con gran reconocimiento en todo el mundo.

Walt Disney, este gran monstruo de la animación, fallecía en 1966 y hasta en torno a su muerte siguió viva su leyenda, apuntándose por algunos influyentes medios que fue criogenizado antes de morir e introducido en una cámara y congelado a baja temperatura, para que cuando la ciencia avanzara lo suficiente fuese resucitado y curar su terrible enfermedad, un cáncer de pulmón.

Lo que nadie podrá negar es que todas sus criaturas permanecen bien vivas y que siguen haciendo las delicias de la gente menuda y de muchos, por qué no señalarlo, mayores.


 

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