Entrega 3, Escrito 14
SI QUIERES, TE LO CUENTO
Por ello, por lo anterior, no me encuadro en ninguna de las parcelas
señaladas, me coloco en el cubículo de lo nimio e intrascendente, y por eso te
pregunto ¿Si quieres que te lo cuente?
No
pienso aburrirte con mis “cuentos”, con mis “chismes”, son hijos creados y
procreados por puro entretenimiento, que recogen el lastimoso quehacer y
proceder de una amplia pandilla de mangurrinos y mangurrinas afincados, en mala
hora, en el mundillo político de nuestro país.
¡Cuánto cuento, cuánta murga, cuánta charanga, cuanta mentira, cuánto
engaño, cuánta chulería, cuánta bravuconada, cuánto insulto, cuántos inmerecidos
aplausos, se enseñorean en nuestras Cámaras Baja y Alta y fuera de ellas! Y son
muchos los protagonistas de estas solemnes “mangurrinadas”.
Hoy voy a destacar la última cosita de uno de ellos por haberse ganado a
pulso los títulos de unos amigos, rufián y trilero. Llegó con la ínfula de
acabar con todo lo malo de este país nuestro; se plantó en el ruedo de la
política con el inquebrantable postureo de los “salvadores”; se propuso,
utilizando las más deleznables triquiñuelas, alcanzar los últimos peldaños del
poder hispano y lo consiguió (¡arte que tiene el muchacho!) Abandonó, en cuanto
tuvo oportunidad, a sus vecinos progresistas pobres y se marchó a Galapagar,
donde mora la casta de los ricachones e, incluso, corto calles para que el
vulgo no lo molestara; dijo, en repetidas ocasiones, que si un obrero ganaba
600 € al mes, él, falso defensor a ultranza de los más desfavorecidos no podría
ganar, por su “enjuagues” y chanchullos, 4.000 €. Hoy, recibe de todos nosotros
la importante suma de 8.000 € ¡Bien listo qué nos salió el mentirosillo!) Es
imposible contar todos sus líos y conocer sus maquiavélicos planes de futuro.
El
más candente y calentito de sus líos es el caso “Dina”. ¡No hay por donde
cogerlo! Una tarjetita de móvil de una compañera de partido o algo más que eso,
“cocida” en una pobre microonda, con información “delicada”, retenida en su
bolsillo no se sabe cuánto tiempo. Una denuncia de las cloacas del estado como
víctima, situación mutada por el juez como imputado, por ser el dueño y señor
de las auténticas cloacas. Un no responder a las preguntas de sus opositores
sobre el tema. Unas chulescas y amenazadoras palabras del valiente
vicepresidente y unas deshonrosas filtraciones de la fiscalía, en su favor,
ahondan en la llaga de una de las cuestiones más sucias y peligrosas en España.
Acostumbrado al chavismo venezolano y a las clases recibidas de Maduro, cree
que la mentira es el mejor camino para su “salvación”.
Y
para que seguir con este cuento interminable y aborrecible. No merece la pena
buscarle un final feliz, con ello adulteraríamos la esencia de los cuentos y
leyendas. Vivamos, con la penitencia pasajera de este castigo hasta que su
amigo Pedro lo expulse de su cielo.
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