miércoles, 7 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 3. Escrito 17

SIN NOMBRE

     En este globalizado mundo de derroches y de paparruchas hay muchas cosas, casos y acciones que NO TIENEN NOMBRE o que no deberían tenerlo. Cosas y acciones que por su hondo calado de inmoralidad y deshonestidad les decimos que NO TIENEN NOMBRE.

     Enumerarlas todas es tarea imposible por su cantidad, por su “poderío”, por su merecido rechazo y por su sonora gravedad.

     En estos difíciles, locos y temidos tiempos de maldita pandemia, todavía no superada y con visos de no desaparecer en tiempo cercano, encontramos sobrados casos de los que señalamos como no merecedores de tener nombre.

      Las cosas, los casos y las acciones que NO TIENEN NOMBRE proliferan y se multiplican a diario y cuando aparecen éstas, siempre hay algunas nuevas esperando su turno de entrada en este fiasco o fracaso colectivo.

      NO TIENEN NOMBRE los escarceos corruptos de políticos y no políticos, pagados por los paganinis de siempre.  NO TIENEN NOMBRE los engaños, las mentiras, las falsas promesas de los buscadores y bucaneros del poder. NO TIENEN NOMBRE los enchufes, los amiguismos, las pescas en ríos revueltos, los abusos y otras muchas marranadas difíciles de contar. NO TIENEN NOMBRE las jugarretas y tretas de algunos magistrados; el improcedentes actuar de fiscales actuando como “defensores” y de jueces repartidores de injustas sentencias. NO TIENEN NOMBRE los chanchullos y las componendas para lograr un “doctorado” y el falsear currículos para alcanzar puestos celestiales. NO TIENEN NOMBRE las falsas y parciales encuestas para beneficio de los poderosos, la “compra” de votos imitando a los caciques de antes y de todos los tiempos y los “pucherazos”, no desaparecidos del todo. NO TIENEN NOMBRE las frecuentes prácticas de anulación de la transparencia en cualquier asunto público en perjuicio, siempre, de los ciudadanos y el ocultismo incontrolado y perverso de las élites de mandamases. NO TIENEN NOMBRE los rifirrafes plenos de insultos, de chabacanerías de mal gusto, de manifiesto odio y los inconsistentes y fachosos aplausos, por parte de muchos de los parlamentarios hispanos. NO TIENEN NOMBRE las violencias, los asesinatos, los terrorismos, las guerras, las explotaciones, las fobias destructivas, reflejos permanentes y cotidianos de una salvaje ignominia y flagrante infamia. NO TIENEN NOMBRE las absurdas y malvadas pretensiones de muchos humanos de considerase dueños y señores de todo y de todos, de lo divino y de lo humano, de la tierra y de los cielos, de los bienes y de la nada, de la vida y de la muerte, de las almas y de los cuerpos y, como colofón, de la salvación y de los merecidos infiernos. NO TIENEN NOMBRE, en este caso, no tenemos nombre los que producimos toneladas de basura, mientras gran parte del mundo supervive en la más absoluta pobreza y, para más “inri”, las “colas del hambre” crecen y crecen por día en este país nuestro.

     Podríamos seguir con esta burda retahíla de lo que NO TIENE NOMBRE, pero el cansancio y las flaquezas de este escribano, me obligan a abandonar y poner fin a esta inútil denuncia.

      ¡Qué nadie me niegue que el mundo y sus moradores están hechos de frágil arcilla, bien o mal cocida, por un incomprendido GRAN ALFARERO!



No hay comentarios:

Publicar un comentario