Entrega 3. Escrito 17
SIN NOMBRE
En
este globalizado mundo de derroches y de paparruchas hay muchas cosas, casos y
acciones que NO TIENEN NOMBRE o que no deberían tenerlo. Cosas y acciones que
por su hondo calado de inmoralidad y deshonestidad les decimos que NO TIENEN
NOMBRE.
Enumerarlas
todas es tarea imposible por su cantidad, por su “poderío”, por su merecido
rechazo y por su sonora gravedad.
En
estos difíciles, locos y temidos tiempos de maldita pandemia, todavía no
superada y con visos de no desaparecer en tiempo cercano, encontramos sobrados
casos de los que señalamos como no merecedores de tener nombre.
Las cosas, los casos y las acciones que NO TIENEN NOMBRE proliferan y se
multiplican a diario y cuando aparecen éstas, siempre hay algunas nuevas
esperando su turno de entrada en este fiasco o fracaso colectivo.
NO TIENEN NOMBRE los escarceos corruptos de políticos y no políticos,
pagados por los paganinis de siempre. NO
TIENEN NOMBRE los engaños, las mentiras, las falsas promesas de los buscadores
y bucaneros del poder. NO TIENEN NOMBRE los enchufes, los amiguismos, las
pescas en ríos revueltos, los abusos y otras muchas marranadas difíciles de
contar. NO TIENEN NOMBRE las jugarretas y tretas de algunos magistrados; el
improcedentes actuar de fiscales actuando como “defensores” y de jueces
repartidores de injustas sentencias. NO TIENEN NOMBRE los chanchullos y las
componendas para lograr un “doctorado” y el falsear currículos para alcanzar
puestos celestiales. NO TIENEN NOMBRE las falsas y parciales encuestas para
beneficio de los poderosos, la “compra” de votos imitando a los caciques de
antes y de todos los tiempos y los “pucherazos”, no desaparecidos del todo. NO
TIENEN NOMBRE las frecuentes prácticas de anulación de la transparencia en
cualquier asunto público en perjuicio, siempre, de los ciudadanos y el
ocultismo incontrolado y perverso de las élites de mandamases. NO TIENEN NOMBRE
los rifirrafes plenos de insultos, de chabacanerías de mal gusto, de manifiesto
odio y los inconsistentes y fachosos aplausos, por parte de muchos de los
parlamentarios hispanos. NO TIENEN NOMBRE las violencias, los asesinatos, los
terrorismos, las guerras, las explotaciones, las fobias destructivas, reflejos
permanentes y cotidianos de una salvaje ignominia y flagrante infamia. NO
TIENEN NOMBRE las absurdas y malvadas pretensiones de muchos humanos de
considerase dueños y señores de todo y de todos, de lo divino y de lo humano,
de la tierra y de los cielos, de los bienes y de la nada, de la vida y de la
muerte, de las almas y de los cuerpos y, como colofón, de la salvación y de los
merecidos infiernos. NO TIENEN NOMBRE, en este caso, no tenemos nombre los que
producimos toneladas de basura, mientras gran parte del mundo supervive en la
más absoluta pobreza y, para más “inri”, las “colas del hambre” crecen y crecen
por día en este país nuestro.
Podríamos seguir con esta burda retahíla de lo que NO TIENE NOMBRE, pero
el cansancio y las flaquezas de este escribano, me obligan a abandonar y poner
fin a esta inútil denuncia.
¡Qué nadie me niegue que el mundo y sus moradores están hechos de frágil arcilla, bien o mal cocida, por un incomprendido GRAN ALFARERO!
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