jueves, 22 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 5. Escrito 5

COMO DECÍA MI SUEGRO…

      Como decía mi suegro, con risa socarrona, cuando alguien de la familia repetía una y otra vez algo sabido, con deseo e insistencia, de cambiarlo o alterarlo. El sencillo dicho objeto de este breve y pandémico comentario es: “Y LA BURRA AL VERDE”. Aprovecho el momento para añadir y recordar otro dicho de mi suegro, oportuno y pedagógico, expresado con sobrado gracejo y simpático tono. Se trata de la sentencia: “NO VENGO NI BORACHO, NI MAREADO, VENGO “ACARAMELADITO”” Sabia explicación de un reo a sus familiares juzgadores o de un bebedor sito en el mejor punto de sana alegría producida por la ingesta de alguna copilla de más. ¡Qué arte los dichos de mi suegro!

     Retomo el tema, el dicho primero. Llevamos casi una veintena de años veraneando en nuestra segunda vivienda de Costa Ballena, en Rota, Antes de seguir, me detengo a señalar que bendita fue la hora en que decidimos, influenciados por nuestros buenos amigos Antonino y Marina, en comprarnos este modesto apartamento playero, protagonista muy directo en lo narrado seguidamente. Veinte años son muchos para escuchar, con inusitada frecuencia, que el pavimento de las terrazas (la grande del salón y la pequeña del lavadero) de arcilla porosa, engorro sumo a la hora de limpiarlo y que le sobran manchas y tiempo dedicado a su diaria limpieza. Rosa ha vivido pensando y queriendo cambiarlo durante estos casi veinte años. Yo, siempre he pasado prácticamente del tema, cosa natural en casi todos los hombres en situaciones parecidas y no obligado a su limpieza.

     Por fin, este atípico verano, se ha producido lo que puedo considerar el milagro del cambio, e inevitable resulta el recuerdo de mi suegro muy aficionado a las obras y a los dichos del sur nuestro. “Y LA BURRA AL VERDE, ¡Qué sabiduría encierra, qué enjundia guarda, que meollo contiene este decir!

Como para celebrarlo y usarlo con más frecuencia.

     Nuestro hijo Clemente actuó como el mejor de los colaboradores a la hora de buscar soladores, de comprar las losas cerámicas, de transportarlas y, de paso, pagarlas (gracias Clemen y a disfrutarlas) Hoy, 27 de julio de 2020, los albañiles han iniciado el trabajo del cambio. Tengo la impresión de que acertó Clemen en la elección de los profesionales elegidos. Cuando nos pasen la factura comprobaremos si el acierto fue total o parcial. Estamos en el inicio y, como de costumbre, al terminar la obra, pensaremos que el suelo siempre estuvo así, anulando el dicho de “Y LA BURRA AL VERDE”, por innecesario; aunque aparecerán otros que nos harán hablar y recordar a los familiares aficionados a los dichos, en especial a mi suegro.

     Confucio, a su dicho de “renovarse o morir”, debió añadir algo relacionado con los lugares que habitamos, necesitados, como los humanos, de renovación, de mejora o de cambios, para hacerlos más habitables.

     De todas las maneras, sigo temiéndoles a las obras caseras, no me gustan nada, aunque, al final, me alegro bastante cuando felizmente están terminadas éstas.


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