viernes, 9 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 4. Escrito 1

LOS GARBANZOS NEGROS EN EL CORONAVIRUS

      En todas las acciones y manifestaciones humanas colectivas siempre encontramos uno o varios GARBANZOS NEGROS, son las excepciones de las reglas o aquellos que llevan el paso cambiado en el marchar de la vida cotidiana. No entraré en quién o quiénes son dueños de la razón, sin tener en cuenta las mayorías y las minorías ya que, a veces, nos llevamos alguna que otra sorpresa en estos menesteres del saber y del acertar.

     En el comportamiento humano de los pobladores hispanos ha habido y sigue habiendo cantidades ingentes de GARBANZOS NEGROS en el asunto de la cobid-19. Creyendo que ésta se ha acabado y que, sin las milagrosas y ansiadas vacunas, estamos libres de contagios y de muertes. La gran mayoría son jóvenes irresponsables, inmaduros e inconscientes, familias de todo tipo y celebraciones masivas sin ningún tipo de protecciones recomendadas. Son estos GARBANZOS NEGROS los que auguran fatídicamente un retorno a un nuevo confinamiento y sus correspondientes encierros. ¡Como de costumbre pagarán justos por pecadores!

     En el gobierno, por muy bien que se pongan sus miembros, por muchas reuniones de prensa informativas del presidente y de los equipos presididos por Illa, Simón y demás personajes, muchos todavía desconocidos, también nos topamos con GARBANZOS NEGROS de primer orden. En principio, los que nos dijeron que el coronavirus iba a ser una más de las gripes que padecemos anualmente; que las mascarillas no eran necesarias y luego supimos que es que no habían tenido la previsión de proveerse de ellas. Otros, de este mismo bando, los que compraron a lo loco y sin garantías de fiabilidad, los que nos encerraron por tiempo casi indefinido, los que nunca pidieron perdón por los errores cometidos, los que aprovechando la pandemia gobernaron por decretos leyes; los que negaron las subvenciones a los centros educativos concertados, y más y más chanchullos, mayores y menores. Estos son los GARBANZOS NEGROS del poder y del orden.

     Pero aún quedan más GARBANZOS NEGROS. Aquellos que medraron en tiempo de pandemia para enriquecerse ¡que también los hubo! Aquellos que siguen sin cumplir las recomendaciones sanitarias. Aquellos que infectan con malintencionados bulos (algunos demenciales e increíbles) las llamadas redes sociales (redes, porque la gente pesca en aguas tranquilas o ríos revueltos, sin el menor de los escrúpulos y de sociales, casi nada de nada) Aquellos que les gusta jugar a la ruleta rusa sin tener en cuenta que una única bala perdida del coronavirus puede contagiarlo o, en el peor de los casos, matarlo. Aquellos que, olvidados de la prudencia, fanfarronean de que no pasa nada. Aquellos tontainas que van a discotecas donde no se puede bailar o que, convertida en masa aborregada, celebran triunfos deportivos o de otros tipos, saltándose todas las normas sanitarias, sin pensar que el “bichito” está entre nosotros, haciendo el agosto y los demás meses del año. Aquellos que consienten, permiten y hacen la vista gorda cuando su obligación es parar esta locura.

      Hay muchos GARBANZOS NEGROS. Más de lo que pensamos. Tarea tenemos para apartarlos de los llamados blancos. Seguro que algunos de estos descerebrados, propagadores del virus, me acusa de racista por lo de garbanzos negros y blancos. Las fórmulas para conseguirlo no sé cuáles son, pero, algo habrá que hacer, si no queremos comernos esos GARBANZOS NEGROS.

 


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