jueves, 8 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

Entrega 3. Escrito 20

A LA CONQUISTA DE…

      A la conquista de unos retazos bienhechores de vida que, renunciando a ser despreciados despojos vitales, me den una existencia plena para poder seguir, en forma, en la empresa de ESCRIBIR Y ESCRIBIR, como fuente calmante de una benefactora y compasiva sed.

     Pedir milagro es petición comprensible al llegar a la ancianidad irreversible, es la mayor prueba de inocencia del más puro egoísmo, es lucha incruenta por la supervivencia un rato antes de la última marcha hacia no sabemos dónde.

     Los afortunados poseedores de eso que llaman FE juegan con ventaja y los que no la poseemos, envidiosos, recurrimos a otras artes inútiles y poco efectivas, como el hecho de ESCRIBIR para nada y para nadie.

     ¿A la conquista de qué? Superada esta pregunta, me vuelvo a colocar frente al ordenador para acabar con la indiferencia, el silencio culpable y el conformismo. Son muchas las cosas importantes que nos están ocurriendo en estos desconcertantes días, no conocidas en el pasado. La ya famosa pandemia del coronavirus chino nos ha hecho personas diferentes, nos ha reciclado, sin llegar a saber y comprender, si para mejor o para peor.

      Seremos diferentes después de este mal parto de contagios y fallecimientos, aunque muchos jóvenes se empeñen en seguir practicando, como ayer, multitudinarias reuniones festivas, sin tener en cuenta ninguna de las recomendaciones (obligatorias o no) propuestas por los sanitarios para acabar con el coronavirus, como si nada nos hubiera pasado y propiciando rebrotes de más contagios y más muertes, actuando como irresponsables, imprudentes, insolidarios y propagadores inconscientes de la cobid-19. ¡Menos mal que todavía existen jóvenes en el “bando” de la buena gente!

     España participó, como la mayoría de los países del mundo mundial, en conquistas y, a la vez, fue conquistada por otros. Es el juego de la historia de los pueblos. Unos lo hicieron bien y otros, no tanto. Me pregunto: ¿habría que “borrar” todos los sucesos “negativos” ocurridos en la humanidad? ¿Cómo se haría ello? ¿Con violencia, con nuevas escaramuzas, destruyendo, borrando partes de las historias de los pueblos y los monumentos que no nos gusten? No estaría mal que volviésemos a la prehistoria.



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