Entrega 3. Escrito 20
A LA CONQUISTA DE…
Pedir milagro es petición comprensible al llegar a la ancianidad
irreversible, es la mayor prueba de inocencia del más puro egoísmo, es lucha
incruenta por la supervivencia un rato antes de la última marcha hacia no
sabemos dónde.
Los afortunados poseedores de eso que llaman FE juegan con ventaja y los
que no la poseemos, envidiosos, recurrimos a otras artes inútiles y poco
efectivas, como el hecho de ESCRIBIR para nada y para nadie.
¿A
la conquista de qué? Superada esta pregunta, me vuelvo a colocar frente al
ordenador para acabar con la indiferencia, el silencio culpable y el
conformismo. Son muchas las cosas importantes que nos están ocurriendo en estos
desconcertantes días, no conocidas en el pasado. La ya famosa pandemia del
coronavirus chino nos ha hecho personas diferentes, nos ha reciclado, sin
llegar a saber y comprender, si para mejor o para peor.
Seremos diferentes después de este mal parto de contagios y
fallecimientos, aunque muchos jóvenes se empeñen en seguir practicando, como
ayer, multitudinarias reuniones festivas, sin tener en cuenta ninguna de las
recomendaciones (obligatorias o no) propuestas por los sanitarios para acabar
con el coronavirus, como si nada nos hubiera pasado y propiciando rebrotes de
más contagios y más muertes, actuando como irresponsables, imprudentes,
insolidarios y propagadores inconscientes de la cobid-19. ¡Menos mal que
todavía existen jóvenes en el “bando” de la buena gente!
España participó, como la mayoría de los países del mundo mundial, en
conquistas y, a la vez, fue conquistada por otros. Es el juego de la historia
de los pueblos. Unos lo hicieron bien y otros, no tanto. Me pregunto: ¿habría
que “borrar” todos los sucesos “negativos” ocurridos en la humanidad? ¿Cómo se
haría ello? ¿Con violencia, con nuevas escaramuzas, destruyendo, borrando
partes de las historias de los pueblos y los monumentos que no nos gusten? No
estaría mal que volviésemos a la prehistoria.
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