jueves, 15 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 Entrega 4. Escrito 14

¡SI YO FUERA REY…!

      Nuestra forma de Estado es, nos guste o no, la Monarquía Parlamentaria, recogido en la actual Constitución española, aprobada mayoritariamente, en el año 1978, por los españoles, y los elegidos reyes, nos parezca bien o mal, son Felipe VI y la reina Leticia (no santa de mi devoción)       

     Hay muchas cosas de este país nuestro que no me gustan, pero ello no supone que pueda hacer de mi capa un particular sayo personal, que me dé derecho a atacar, despreciar, repudiar y agredir la imagen o la persona de los actuales reyes de España.

      Hoy, con una manifiesta impunidad, nos saltamos a la torera y hasta, ocasionalmente, las consideramos lícitas, muchas de nuestras acciones contra el prójimo, sea el último “mono” de la cuadrilla o el más “elevado” de los mortales hispanos. Y en ello, son especialistas destacados muchos de los catalanes de hoy, irrespetuosos, ilegítimos dueños y señores de las leyes (menores o mayores), alborotadores de pro, insurgentes, depredadores de obligaciones siempre incumplidas, quemadores expertos de fotografías y banderas y violenta “chusma” que no merece ningún respeto y que, a la vez, son sujetos de denuncia especial y de “premio” a sus actuaciones.

     ¿Por qué mi malestar de hoy? Porque, aun estando acostumbrado a ver imágenes de rechazo público a los Reyes

Felipe VI y Leticia, hoy me sentí cansado de tanta insana costumbre de desprecio, de tanto cachondeo político, de tanta arbitrariedad, de tanto negligente abuso, de tanto olvido y de

tanto cuento, de aquellos que “mantenemos religiosamente” y ¡bien qué lo hacemos!

     Incapaces de honrar a los que no son de los suyos, que se niegan a recibir y acompañar a los monarcas en su visita a Cataluña, como si fueran “leprosos” o contagiados de coronavirus. Ni uno de estos “negadores” a ultranza, merecen el respeto del resto de los españoles, creyentes o no creyentes en la monarquía. Y mientras, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, limosneando por Europa en horas bajas y con poco éxito, se resiste a acompañar a los monarcas, para no perder el poco carisma que le queda ante un pueblo que se está cansando de tanta vanagloria, tanta “chulería” y tanto “narcisismo” barato.

     Mañana, estos cantamañanas, me darán de nuevo motivos para “cabrearme”, para crear escrito de desahogo, para rebelarme contra los independistas, contra los rancios nacionalistas, contra la familia de los Puyol, contra las payasadas de Puigdemont y Quim Torra, contra los alborotadores o contra los contrarios a España.

     ¡Pobres los catalanes que no comparten las ideas de los que quieren romper España! No estáis solos, contad con el apoyo y respeto de este modesto escribano, dolido por tanta mamarrachada y tanto mamarracho. ¡Si yo fuera rey…!

                Cataluña, a pesar de vosotros, como España, tienen sus reyes  



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