jueves, 15 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 Entrega 4. Escrito 13

LA VERGONYA CATALANA (A modo de viejo romance)

 

     Cuentan los tiempos del hoy,

romance de malas trazas,

de rencores enconados,

de odios y desesperanzas,

motores que sueñan romper,

con ardides y patrañas,

la unidad de un territorio,

la historia de nuestra España

     Este romance no quiere,

perderse en batallas falsas,

en chismes de pacotillas,

en chirimbolos de paja

y servir de cachondeo,

de chacota, burla o guasa,

entre los grandes políticos

y la élite catalana,

que se han propuesto acabar

con el conjunto de España.

     Ya son muchos los clamores,

las voces que, al cielo, claman,

en defensa y por derecho,

contra los cantamañanas,

aburridos practicantes

de estratagemas malsanas,

para conseguir burlar

la Constitución de España.

     ¡Qué vergüenza, madre mía!

¡Qué vergonya catalana!

Cómo se puede explicar,

sin mentir, con artimañas,

que España, al catalán roba,

desde que ella, se levanta,

que Madrid es la culpable,

de todo lo que le falta,

mentira fulera y gorda,

propias de gentes sin almas,

dispuestas a conseguir,

aquello que le viene en gana,

con arte de viejos tahúres,

usando cartas marcadas.

¡Vaya tela marinera!

¡Tiene la cosa mandanga!

    Quieren escribir la historia,

con tinta bien degradada,

repleta de falsedades,

en tierra fría, embarrada,

con torvos cantos de sirenas

y sueños que, al mundo, espanta.

     Mientras, el nuestro gobierno,

dormido, entre musarañas,

deja hacer a los culpables,

aquello que suena a charanga,

a maldito soez canto,

a macabra canallada.

Y su presidente Sánchez,

amante de jugar con trampas,

se junta al catalanismo,

que al mismo diablo espanta,

al de Bildu y a un tal Rufián,

pandilleros de matraca,

generalitos de barro,

mandamases sin entrañas,

dispuesto, en hora funesta,

a darle a la rienda, larga,

sobre monturas capciosas

y, a la historia, cuentas falsas,

     No busco final bonito,

en estas horas que espantan,

me empeño en esta tarea,

sobrado de paz y lágrimas,

ansiando, al aire soltar,

el grito de ¡VIVA ESPAÑA!

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