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3. Escrito 8
ABRID
LAS MENTES, LOS OJOS Y LOS CORAZONES
Negaros
a vegetar, a pasar de las mentiras, a ser reo de la podrida ensoñación
prometida, a alabar las sucias mareas del poder. Huid del pasotismo, del ronco
y perverso ronroneo de las élites. No vendáis vuestra palabra, no renunciéis a
lo que sois, por bastardos intereses. Descubrid y denunciad, sin temores, a los
antitodo, a los falsos salvadores, a los quiméricos profetas. Abrid nuevos
caminos a la verdad, a lo auténtico. Pasad de los sucedáneos. Venced a los
vientos del miedo, hermano menor del pánico. Soportad con entereza los
ilusorios bandazos de los dominantes. Sed orgullosos practicantes del respeto
al prójimo.
Abrid las mentes al saber, sin prejuicios ni condicionantes. Abrid los
ojos para ver y celebrar todo lo bueno que nos rodea.
Abrid los corazones para alcanzar el perdón y
la gloria.
Resistiros a la maldad, a la malevolencia. Proteged al débil en su
triste peregrinaje. Malgastad sonrisas y plácemes para aminorar los
desconsuelos de las lágrimas. No leáis por leer, leed para crecer. Cantad.
Subid, siempre que podáis, a las cimas de las cosas maravillosas y bajad a las
simas de la bondad, al profundo recinto de la caridad callada. Disfrutad de las
resacas del bien. Sembrad en los desiertos y en las grandes urbes semillas de
bienestar duradero. Desterrad a la nada los insidiosos odios, los malévolos
desprecios, las tirrias y las antipatías. Volved a la sana niñez de los
hombres.
Abrid las mentes a la ciencia para comprender la fe de los creyentes.
Abrid los ojos para contemplar la maravilla del universo y la bendita
naturaleza terrenal. Abrid los corazones para desterrar a la perversa maldad.
Hoy, sin saber por qué, inventé “sermón” de poca monta y me sentí
ridículo, chusco y grotesco al tratar de conocerme mejor,
a estas alturas del vivir, cuando el “tiempo”
se me agota.
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