Entrega 3. Escrito 6
COMO APRENDER A CONTAR
Primero fue el 1 y después fue el 100 y más adelante llegaron los miles
y, en esta carrera imparable, alcanzamos (Según los informadores
gubernamentales) el 27.136 (cifra no pequeña y además, falsa) y aquí, echamos
el freno e incomprensiblemente, paramos. Seguramente por el aburrimiento que
produce el estar contando todo el día y todos los días, aunque sin tener en
cuenta que no estaban ustedes contado manzanas o naranjas clementinas, sino que
se trataba de algo infinitamente más serio y doloroso. Hablamos de fallecidos,
la mayoría de ellos, mayores y muy mayores, como este modesto escribano que,
dolido y jubilado maestro de escuela, se siente en la obligación de denunciar a
estos “mostrencos” que no aprendieron a CONTAR como es debido o quizás, detrás
de todo esto, se oculten intencionados errores para paliar los “méritos” de que
nuestro país sea el número uno del mundo mundial, en el fallecimiento de
“PERSONAS” teniendo en cuenta los millones de habitantes. ¡Bonito y, a la vez,
maldito y trágico guarismo!
No
es tiempo de “castigos” en esta escuela de vida que nos está tocando vivir y
morir. Pero no vendría mal, el darles a estos señores del mal CONTAR, un
ejemplar correctivo o bien, apartarlos de sus actuales tareas, hasta que
aprendan a CONTAR o justifiquen sus ocultos intereses en el falso e increíble
recuento.
Somos muchos los españoles y organismos internacionales, que
consideramos erróneas las cifras de fallecidos en nuestro país por la covid-19.
Queremos y exigimos la verdad. Queremos y exigimos explicaciones del engañoso
proceder de los responsables del CONTAR, Queremos y exigimos, para honrar a los
miles de fallecidos, que no se haga política barata y deshumanizada con el mal
CONTAR, que es mucho lo perdido e irreparable para siempre. Queremos y
exigimos, por los muertos y sus familiares, que volvamos a los tiempos en que
el honor, la honra, la dignidad, la honradez y la decencia eran respetables
valores, hoy, cuestionados o puestos en peligrosas cuarentenas.
Aprendamos, todo juntos, a bien CONTAR sin errores, sin mentiras, sin
engaños, sin oportunismos miserables, sin intereses bastardos y sin ascuas
donde arrimarnos.
¡Por los muertos, Amén!
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