sábado, 3 de octubre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 

Entrega 3. Escrito 6

COMO APRENDER A CONTAR

      De lo más espeluznante y, a la vez, más bochornoso en esta maldita pandemia, ha sido y sigue siendo el hecho de que no hayamos aprendido a CONTAR o no hayan aprendido a CONTAR los señores del gobierno que nos informan, o desinforman, del número de fallecidos por el coronavirus.

      Primero fue el 1 y después fue el 100 y más adelante llegaron los miles y, en esta carrera imparable, alcanzamos (Según los informadores gubernamentales) el 27.136 (cifra no pequeña y además, falsa) y aquí, echamos el freno e incomprensiblemente, paramos. Seguramente por el aburrimiento que produce el estar contando todo el día y todos los días, aunque sin tener en cuenta que no estaban ustedes contado manzanas o naranjas clementinas, sino que se trataba de algo infinitamente más serio y doloroso. Hablamos de fallecidos, la mayoría de ellos, mayores y muy mayores, como este modesto escribano que, dolido y jubilado maestro de escuela, se siente en la obligación de denunciar a estos “mostrencos” que no aprendieron a CONTAR como es debido o quizás, detrás de todo esto, se oculten intencionados errores para paliar los “méritos” de que nuestro país sea el número uno del mundo mundial, en el fallecimiento de “PERSONAS” teniendo en cuenta los millones de habitantes. ¡Bonito y, a la vez, maldito y trágico guarismo!

     No es tiempo de “castigos” en esta escuela de vida que nos está tocando vivir y morir. Pero no vendría mal, el darles a estos señores del mal CONTAR, un ejemplar correctivo o bien, apartarlos de sus actuales tareas, hasta que aprendan a CONTAR o justifiquen sus ocultos intereses en el falso e increíble recuento.

     Somos muchos los españoles y organismos internacionales, que consideramos erróneas las cifras de fallecidos en nuestro país por la covid-19. Queremos y exigimos la verdad. Queremos y exigimos explicaciones del engañoso proceder de los responsables del CONTAR, Queremos y exigimos, para honrar a los miles de fallecidos, que no se haga política barata y deshumanizada con el mal CONTAR, que es mucho lo perdido e irreparable para siempre. Queremos y exigimos, por los muertos y sus familiares, que volvamos a los tiempos en que el honor, la honra, la dignidad, la honradez y la decencia eran respetables valores, hoy, cuestionados o puestos en peligrosas cuarentenas.

      Aprendamos, todo juntos, a bien CONTAR sin errores, sin mentiras, sin engaños, sin oportunismos miserables, sin intereses bastardos y sin ascuas donde arrimarnos.

      ¡Por los muertos, Amén! 

  


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