Entrega 2. Escrito 18
TE COGIERON CON LA VOZ EN LA MENTIRA
Si, no fue con las manos en la masa, fue, tía, con la voz en la mentira,
Sra. Montero.
Conocíamos sus manejos, su parla y sus salidas en los asuntos políticos
propios y ajenos. Sabíamos de su desparpajo, algo callejero, para salir de
perversas situaciones planteadas por sus enemigos fachas. Estábamos al tanto de
su talento en mudanza y de saber proteger muy bien sus espacios vitales de Galapagar.
Estamos al corriente de sus estupendos
“emolumentos” por defender la igualdad. Pero no sabíamos nada, tía, de su
ingenuidad. No quiero pensar que fue intencionado el espectáculo montado en la
tele vasca y dado a conocer por Iglesia.
Ni
de los vascos, ni de los periodistas, ni de nadie se puede fiar una, en estos
tiempos que corren, aunque siempre, al final, la culpa es del PP o del pobre
Rajoy. Los informes son conocidos antes que los autores de ellos, los secretos,
en un plis plas, dejan de serlo, los móviles ocultos disparan a hurtadillas con
una eficacia envidiable y no digamos nada de los “buitres” que viven de
destapar asuntillos, de revelar secretos, de desclasificar, de mercadear con
los chismes políticos, etc. etc.
Tendríamos que decir que por la boca o por la confianza muere el pez, en
este caso, la pescadilla. Sabrosas fueron y son las manifestaciones pescadas,
despachadas con naturalidad y desprecio a los videntes. Ya sabíamos que el 8 de
marzo algunos, algunas o muchas se quedaron en casa por miedo a coger la
covid-19 como zampaste en tu pillada. Luego, ya sabías, pillina, los riesgos de
contagios existentes y te callaste como una “pluma” y, para más inri, se te
escapó que ello no se lo ibas a contar a nadie. ¡Que graciosa y que honrada,
tía! Además, no te importó contagiarte y que muchas de tus compañeras de viaje,
terminaran “enganchada” como tú (o “sease”, como ejemplo, la mujer de tu jefe y
alguna que otra ministra) Los muertos por el 8 m. no cuentan para tus amigos
Illa y Simón.
Me pregunto ¿Quién te vendió y quién te
compró? Y me contesto. Te vendiste tu solita y te compraron los que están hasta
los mismos de aguantar tus monadas, exabruptos y desplantes.
Ahora, después de tus gracias, búscate abogados para repartir denuncias,
porque largarte, no te vas a largar, aunque se lo pidamos, a diario, a Santa
Rita patrona de los imposibles.
Con el debido respeto a su cargo y a su persona, termino con el firme deseo de que, más pronto que tarde, se esfume, bien acompañada, de nuestras vidas.
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