martes, 29 de septiembre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 

Entrega 2. Escrito 18

TE COGIERON CON LA VOZ EN LA MENTIRA 

     Si, no fue con las manos en la masa, fue, tía, con la voz en la mentira, Sra. Montero.

     Conocíamos sus manejos, su parla y sus salidas en los asuntos políticos propios y ajenos. Sabíamos de su desparpajo, algo callejero, para salir de perversas situaciones planteadas por sus enemigos fachas. Estábamos al tanto de su talento en mudanza y de saber proteger muy bien sus espacios vitales de Galapagar.  Estamos al corriente de sus estupendos “emolumentos” por defender la igualdad. Pero no sabíamos nada, tía, de su ingenuidad. No quiero pensar que fue intencionado el espectáculo montado en la tele vasca y dado a conocer por Iglesia.

     Ni de los vascos, ni de los periodistas, ni de nadie se puede fiar una, en estos tiempos que corren, aunque siempre, al final, la culpa es del PP o del pobre Rajoy. Los informes son conocidos antes que los autores de ellos, los secretos, en un plis plas, dejan de serlo, los móviles ocultos disparan a hurtadillas con una eficacia envidiable y no digamos nada de los “buitres” que viven de destapar asuntillos, de revelar secretos, de desclasificar, de mercadear con los chismes políticos, etc. etc.

     Tendríamos que decir que por la boca o por la confianza muere el pez, en este caso, la pescadilla. Sabrosas fueron y son las manifestaciones pescadas, despachadas con naturalidad y desprecio a los videntes. Ya sabíamos que el 8 de marzo algunos, algunas o muchas se quedaron en casa por miedo a coger la covid-19 como zampaste en tu pillada. Luego, ya sabías, pillina, los riesgos de contagios existentes y te callaste como una “pluma” y, para más inri, se te escapó que ello no se lo ibas a contar a nadie. ¡Que graciosa y que honrada, tía! Además, no te importó contagiarte y que muchas de tus compañeras de viaje, terminaran “enganchada” como tú (o “sease”, como ejemplo, la mujer de tu jefe y alguna que otra ministra) Los muertos por el 8 m. no cuentan para tus amigos Illa y Simón.

     Me pregunto ¿Quién te vendió y quién te compró? Y me contesto. Te vendiste tu solita y te compraron los que están hasta los mismos de aguantar tus monadas, exabruptos y desplantes.

     Ahora, después de tus gracias, búscate abogados para repartir denuncias, porque largarte, no te vas a largar, aunque se lo pidamos, a diario, a Santa Rita patrona de los imposibles.

     Con el debido respeto a su cargo y a su persona, termino con el firme deseo de que, más pronto que tarde, se esfume, bien acompañada, de nuestras vidas.    


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